El domingo ganaron los de siempre en Paraguay. El Partido Colorado, el que gobernó el país durante 60 años -incluidos los 35 de la dictadura de Alfredo Stroessner -, el que fundó el general Bernardino Caballero en 1887, el mismo que fraguó su identidad bajo el lema Iglesia-Estado-Fuerzas Armadas. Ganaron los de toda la vida, pero no con la gente de siempre. Para vencer en las presidenciales y legislativas de ayer, el partido de los 22 presidentes tuvo que admitir en su seno hace cinco años al empresario tabacalero Horacio Cartes. En un país donde el voto es obligatorio, Cartes no había votado nunca en sus 56 años de vida, ni siquiera en unas municipales. Los estatutos del partido exigían una afiliación mínima de diez años para presentarse como candidato presidencial. Pero el escollo lo solventó Cartes promoviendo la modificación de los estatutos en enero de 2011.
Lo más cerca que había estado nunca de la política fue cuando empezó a administrar en 2001 el club de fútbol Libertad y lo fue convirtiendo en el equipo que más campeonatos ganó en este siglo en Paraguay. Eso le fue granjeando una imagen de triunfador. Hasta que se propuso pasar de ser presidente del Libertad a presidente de Paraguay. Todo lo que traía era una inmensa fortuna levantada sobre la industria tabacalera, 25 empresas con 3 mil 500 empleados, y varias denuncias por delitos de contrabando y evasión de divisas.
Cartes suele alegar que ningún tribunal lo condenó jamás por esos delitos. Pero eso no impidió que el candidato del Partido Liberal, Efraín Alegre, le llamase “narco” durante la campaña y que su esposa, Mirian Irún de Alegre, protagonizara un anuncio electoral en el que llamaba al voto “como madre”, porque no quería un país controlado por la droga.
Alegre compareció en público tres horas y media después de que se cerraran las urnas y admitió su derrota por un margen de entre el 5% y el 7% respecto a Horacio Cartes. Para entonces, la capital del país se había llenado ya de autos con banderas, coches, camisetas y globos rojos. Media hora después, a las ocho de la tarde en Asunción, las autoridades del Tribunal Superior de Justicia anunciaban que tras escrutar el 81% de las papeletas, Cartes se convertía en el nuevo presidente del país con el 45,9% de los votos. Efraín Alegre se quedaba con el 36,8%, a nueve puntos de diferencia. En cuanto a la izquierda, que concurrió dividida a estos comicios, se tuvo que conformar con las migajas del tercer y cuarto puesto, a una distancia sideral del segundo. Mario Ferreiro, el candidato de Avanza País, obtuvo un 5,6% de los votos. Y Anibal Carrillo, el hombre al que apoyó el expresidente Fernando Lugo, se quedó con un 3,4%.
