De los 8.5 millones de adultos mayores que habitan en México, al menos 30% no está afiliado al Seguro Popular debido a que carece de papeles oficiales como el acta de nacimiento o tarjeta de identificación.
Así lo revelan los datos preliminares de la Encuesta de Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE), realizada hasta ahora en 16 estados por el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenavece), en coordinación con autoridades estatales de Salud.
Ante esta situación, María Esther Lozano, integrante del Programa de Salud de Adulto y Anciano del Cenavece, llamó a realizar una estrategia para contemplar a aquellas personas de la tercera edad que existen para el INEGI pero no tienen beneficios al carecer de documentación que los acredite.
“Dicen que hay bandera blanca porque todos los adultos mayores pueden ser inscritos (en el Seguro Popular), pero el problema es que se requieren los documentos para entrar a esos programas y estimamos que 30% de población de adultos mayores no tienen ningún registro que los autentifique, por lo que no son integrados”, reconoció la funcionaria.
El número de adultos mayores en esta situación, dijo, es elevado, por lo que hay estados como Tlaxcala que han implementado una política estatal que dicta que todo aquel adulto mayor que lleve testigos que autentifiquen que nació en la entidad, podrá ser integrado a los servicios de salud.
De acuerdo con estimaciones del Fondo de Poblaciones de Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), la esperanza de vida de las mexicanas en el actual lustro llegará a 80 años y el de los mexicanos a 75, lo que implica nuevos retos para las autoridades.
Lozano detalló que se requieren políticas, desde las calles, para evitar en la medida de lo posible que los adultos mayores de 60 años se caigan y fracturen, pues esto genera grandes gastos para la familia y el sistema de salud.
“Por los hoyos, la falta de bajadas en las aceras que no cumplen la norma y eso equivale a que se caigan en las calles, los lleven al hospital, a veces los tengan que operar, colocar prótesis, o que ya no puedan caminar. Son meses de sufrimiento para el adulto, familia y costos para el País”, estimó.
Otro punto grave que revelan los datos según la funcionaria, es que el País cierra los ojos a las alteraciones cognitivas y depresión, que en población adulta es alta y a los problemas de discapacidades.
“Conforme las personas se van haciendo mayores tienen más problemas de discapacidad, de alteraciones de su salud; tenemos que generar cuidadores en las casas, porque no podrán ir todos a una institución”, expuso.
Obligan prueba de vida
La Sedesol endureció las reglas de operación del programa Pensión para Adultos Mayores en cuanto al trámite “comprobación de supervivencia” y causó confusión entre los que son beneficiarios desde el sexenio anterior.
A las largas filas para inscribirse al programa se sumaron las personas que dejaron de recibir el pago de mil 50 pesos bimestrales por no cumplirlo.
Según las nuevas disposiciones, los beneficiarios deberán acudir cada cuatro meses a las oficinas de Sedesol para dar fe que siguen vivos. Con una sola vez que fallen, se les retendrá el pago; pero si faltan dos veces, serán dados de baja definitivamente. Antes, después de dos llamados causaría baja temporal del programa.
Si están enfermos, puede acudir un familiar con identificación y una constancia médica.
