Advertencias, amagos y amparos sobran, pero ahora hicieron falta inconformes.
El contingente de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que acudió ayer al Palacio de Justicia para promover la segunda ronda de amparos contra la reforma educativa no rebasó los 350 integrantes.
La multitud que esperaban los dirigentes como respuesta el desalojo de sus compañeros de la Autopista del Sol, se vio reducida a un grupo de maestros provenientes, principalmente, de Oaxaca, Guerrero, Estado de México y Morelos.
Fue una protesta “representativa”, justificó Rubén Núñez, secretario de la Sección 22.
“La marcha representa sólo al 10 por ciento de los inconformes, hay maestros que en dado momento se manifestarán en los estados”, dijo, “nosotros traemos al pleno del Comité Ejecutivo Nacional y a los compañeros de Asistencia a la Educación que trabajan en el Comité”.
Tras casi dos horas de recorrido, el contingente que salió a las 10:20 horas del Monumento a la Revolución arribó primero al Congreso y, después, al Palacio de Justicia.
El desfile de la cúpula magisterial fue acompañado por una fila de diablitos con amparos.
“La reunión de este jueves con la Segob será sólo sobre Guerrero y el retiro de las órdenes de aprehensión”.
Metros más allá, Mario, del contingente de Morelia, presume la decisión de su rijoso movimiento.
