Carlos Iván Montenegro está en tratamiento, hace un mes le fue implantada la parte interna del aparato que le ofrecerá los primeros sonidos a su cerebro, espera oír.
A sus cinco años sabe qué va a pasar, no lee los labios, pero siente la felicidad de sus padres.
Le descubrieron sordera profunda bilateral cuando tenía un año y 8 meses, ahora, luego de muchas terapias, estudios y una cirugía, está a días de escuchar por primera vez.
La Secretaría de  Salud hizo llegar diez aparatos auditivos, implantados mediante cirugía, para el mismo número de niños, todos en edades de entre 3 y 7 años.
El costo del procedimiento rebasa los 300 mil pesos, para Carlos Montenegro, padre de Iván y albañil de profesión, era una inmensidad de dinero, inalcanzable.
“Nos dijeron que el niño era candidato por la naturaleza de su padecimiento, pero cuando nos dieron el costo, el mundo se nos vino abajo”, comentó el padre salmantino, afiliado al Seguro Popular y beneficiado con este programa.
“Pero el médico nos regresó el alma al cuerpo cuando nos dijeron que lo cubría el Seguro, nosotros estamos contentos, no la creíamos y ahora estamos cerca de llegar al objetivo que nos planteamos, que fue, conseguir que mi hijo escuchara”, señaló el salmantino.
Como Iván, otros nueve niños fueron beneficiados, se tiene la expectativa de beneficiar a cuatro pequeños más en el mes de julio, para quienes ya se inició el trámite.
En el estado se tienen considerados en primera instancia un total de 28 niños, entre 5 y 6 años de edad.
De los defectos congénitos registrados en Guanajuato, la hipoacusia o reducción auditiva es el más recurrente, incluso por encima del Síndrome de Down o la parálisis cerebral, con una incidencia de 1 a 3 niños por cada 1000 nacimientos.

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