Que el futbol tiene mucho de surrealista lo pudo confirmar el Málaga en la noche más triste de su historia. Después de un partido glorioso en Dortmund, lo echó todo por la borda en el tiempo de descuento.
Se relajó porque lo creía todo hecho y el Borussia, siempre ambicioso, remontó con dos tantos de esos de puro empuje, con los centrales en el área contraria.
Primero Reus y después Santana, en posiciones dudosas de fuera de juego, apuntillaron a un Málaga preso de una pesadilla.
Todo lo demás queda borrado por ese mal sueño. El orgullo de sus 2000 aficionados, el esfuerzo inhumano de sus jugadores, la personalidad de su entrenador, Manuel Pellegrini, recién aterrizado en Alemania tras enterrar a su padre. Fue la derrota más cruel.
Pellegrini dirigió el encuentro con su tranquilidad habitual. Había prescindido del único delantero de la Ida (Saviola) a fin de sorprender con un falso nueve (Baptista o Joaquín).
En realidad era el territorio ideal para el gaditano, un maestro del engaño: la enseña por aquí y se va por allá. Como en el gol, cuando amagó disparar con la derecha, tumbó al defensa y tiró con la zurda raso y ajustado al palo de Weidenfeller.
Gloria bendita para el Málaga. El Westfalestadion quedó mudo.
Entre los jóvenes jugadores de Klopp cundió cierto nerviosismo. Pero reaccionaron antes del descanso.
El balón llegó a la corona del área y Reus, de espuela, dejó solo a Lewandowski ante la portería. El delantero polaco desplegó una parte de la enorme variedad de sus recursos y marcó tras regatear a Caballero.
Bramó el Westfalestadion al entrever el principio de una remontada fulgurante.
El cuadro de Pellegrini siguió atacando con el mismo desparpajo, sembrando de incertidumbre la grada del Iduna Park, cada vez más pendiente de una genialidad de Lewandowski.
El partido ya era del Málaga. Así lo entendió Klopp, dando paso a Sahin y a Schieber. Necesitaban un cambio radical.
Y entonces llegó la hora de Caballero, desviando con los pies dos goles cantados.
La heroicidad la completó Isco. Cuando peor estaba su equipo, el volante malagueño mostró su maravillosa técnica. Un pase interior a Baptista cuyo remate fue remachado por Eliseu, en posible fuera de juego.
Los casi dos mil aficionados del Málaga saboreaba la victoria histórica de su equipo y la del Dortmund se estaba marchando cuando el destino tenía su enésima sorpresa guardada: los balones a la olla, los goles a trompicones, el éxtasis para el Dortmund y una decepción monumental para el Málaga.
Madrid permite el drama
Lo que parecía un trámite se transformó en sufrimiento.
El Real Madrid llegaba cómodo a Estambul tras ganar 3-0 en el Santiago Bernabéu, pero se relajó y terminó pidiendo la hora en el Ali Sami Yen, donde perdió 3-2 con el Galatasaray, aunque ganó en el global 5-3 para pasar a la Semifinal de la Champions.
El defensor Raphael Varane tuvo una dosis de responsabilidad en dos de los tres goles que recibieron los merengues.
Una catástrofe tenía que pasar para que el Galatasaray se levantara y el milagro estuvo a punto de llegar.
Real Madrid, comenzó cómodo en el partido gracias a que Cristiano aprovechó un centro de Khedira para poner el 1-0 y darle tranquilidad
El Galatasaray ignoró los lujos que hacía el Madrid en la cancha y reaccionó en el segundo tiempo.
El primer aviso llegó al 57’, cuando Emmanuel Eboué metió un zurdazo con la parte externa del pie y marcó el 1-1 parcial, 1-4 global.
Trece minutos más tarde Sneijder le hacía un túnel a Varane en el perímetro del área para quedar ante Diego López y fusilarlo, el 2-1, 2-4 global.
Una pesadilla vivía el equipo español, pues al 72’, Drogba recibió delante de Varane y de taco puso el tercer del Galatasaray para el 3-1, 3-4 global.
El Madrid estaba sin ideas. Galatasaray siguió buscando, hasta que llegó una vez más Ronaldo para parar a los turcos y darle paz a los españoles. El portugués anotó el 2-3, 3-5 global.
Messi en duda para hoy
Con Lionel Messi o sin Lionel Messi de inicio. Ese es el gran interrogante que se plantea el Barcelona en vísperas del partido de vuelta por los cuartos de final de la Liga de Campeones, hoy en el Camp Nou contra el París Saint Germain.
El competitivo astro argentino, lesionado en el cotejo de Ida en París la pasada semana, saldado con empate por 2-2, presiona para ser titular en el choque decisivo.
Quienes frenan el regreso de el astro argentino son los servicios médicos del Barsa, que temen una posible recaída de su dolencia en el bíceps femoral de la pierna derecha y, pendientes de su evolución, aconsejan descanso.
“Hay Messidependencia en el sentido de que es el número uno y es fundamental para nosotros, y no lo hay en el sentido de que esto es un equipo y todos sumamos. Ojalá pueda jugar. Tendremos que hacer un partido casi perfecto”, consideró en la jornada previa el volante Andrés Iniesta.
