Colores que no sólo se adaptan a las tonalidades o al ritmo del interiorismo; tonos que llegan a la psique y casi se respiran, matices que cambian el estado de ánimo.
El verde esmeralda es uno de ellos, al menos en esto coinciden tres especialistas del diseño de interiores sobre el pigmento que la compañía Pantone designó como el color de 2013.
“Debemos considerar las sensaciones y reacciones que los colores producen. La ventaja del verde esmeralda en los espacios es que no sólo nos remite a la naturaleza, sino que las vibraciones que éste emite provoca una disminución en la presión sanguínea, nos relaja, purifica, nos trae paz, seguridad, esperanza y, además, fortalece la vista”, dijo la interiorista Itzel Chávez.
La combinación correcta para este matiz, agregó Chávez, consiste en buscar tonos neutros, colores tierra que permitan crear los contrastes, como el beige, el capuchino o el tabaco.
“Es importante utilizarlo en las proporciones correctas”, explicó, “donde podemos darnos vuelo es en la sala, al pintar muros de verde, aplicar viniles, paneles, o bien, poner cojines decorativos o un tapete con vivos de este tono”.
Los expertos coinciden en el hecho de que una autoridad en el color, como Pantone, haya volteado al verde esmeralda tiene que ver con un contexto de cambios y toma de conciencia.
“Este año viene con un pensamiento en donde se le da más importancia a lo orgánico, lo natural, a la salud y el bienestar. Este color es asociado con estos términos”, detalló la interiorista Sofía Manterola.
Gracias a esta tonalidad se pueden conseguir atmósferas contemporáneas, añadió Manterola, y aunque es raro encontrarlo en espacios interiores, hoy en día es clave para el mundo del diseño, pues provoca un ambiente acogedor, amigable y que roba la atención.
Verde que te quiero verde
Existen elementos en esta tonalidad que pondrán los acentos en las diferentes piezas de la casa.
“Es hora de sacar los cuarzos y piedras con propiedades curativas, los jarrones y floreros de cristal que remiten a la transparencia de la esmeralda, los textiles y cojines combinados con patrones lineales y texturas metálicas”, consideró la arquitecta Marina Laboreiro.
Es conveniente que el uso de este color sea destinado a los objetos que se quieran destacar en el espacio por la personalidad con que cuenta.
“Al ser un tono tan protagónico, es importante enfatizar los accesorios esmeralda con luz directa que contribuya a destacar los diferentes matices, transparencias y brillo tan especial que ofrece este color. También se puede iluminar con velas para generar ambientes más íntimos”, recomendó Laboreiro.
Si lo que se busca es flora que acompañe al interiorismo basado en el tono esmeralda, las posibilidades más claras se basan en una gama cromática que ayude a destacarlos.
“Los morados, lilas y azules son la mejor opción y se pueden encontrar en una paleta vegetal conformada por hortensias, lavandas, glicinas, iris y jacarandas”, precisó.
Además, con el arribo de las colecciones primavera-verano, el boom de esta tonalidad llegará a su punto álgido, pues se admira no sólo en los salones de interiorismo, sino también en las pasarelas de moda más importantes, aseguró la experta.
Créditos:
Casa Tejupilco
Realización y proyecto: Arq. Roberto de lascurain / Arq. Luis Jourdain Orvañanos
Accesorios: Punto i Coma / Calle Veinte
Interioristas: Carlos Faci Barroso y Marina Leboreiro
