Julie quería cantar. Lo que es más, quería compartir sus composiciones en muchos foros, ante varios tipos de público, grabar un disco y moverse en una comunidad abierta y generosa de músicos igual que ella. Ella soñaba… Hasta que encontró a Nashville.
Un viento muy ligero viene del río Cumberland y silba junto a los acordes de un banjo. Persigue a vaqueros y a chicas ataviadas con sombrero y botas que llevan guitarras al hombro y cantan en restaurantes, bares, museos, tiendas y calles.
Aquí, la música verdaderamente está en el aire.
“Hay un lugar para todos en Nashville, todos pueden hacer realidad su sueño de cantar, no sólo country, aunque claro, este es el corazón de la música country, también rock, rockabilly, blues, soul, pop y todas sus mezclas”, comparte Julie Gribble cantante y guitarrista originaria de Atlanta y quien llegó aquí hace un año.
“Vine porque Nashville es distinto a todos los sitios, es una ciudad maravillosa, tranquila y segura, con un río hermoso, montañas cercanas, pero al mismo tiempo hay muchísimo qué ver, en las calles, parques, museos, bares; ¡es genial!”.
Julie bebe una cerveza local llamada Hap & Harry’s, creada por la misma familia del legendario whisky Jack Daniel’s, y come unos tomates verdes fritos.
Platicamos en Puckett’s Grocery, un restaurante en el que se toca música en vivo todos los días, como sucede en casi todos los que hay en el centro de la ciudad y en otras zonas como Elliston Place, llamada entre los lugareños “The Rock Block”. Se trata de la cuadra rockera de música emergente y espíritu rebelde, heredera de Johnny Cash.
Julie nos cuenta que en Nashville encontró justo lo que buscaba y grabó su más reciente disco en uno de los más de 350 estudios de música que hay, pero todavía tiene un sueño: cantar en el emblemático escenario Grand Ole Opry, ícono americano para la música country que surgiera en 1925 en conjunto con un programa de radio que dio a conocer el género a nivel nacional.
Hoy, la emisión radial continúa, hay por los menos dos conciertos cada semana en el foro, que pueden incluir a figuras como Faith Hill, Shania  Twain, Taylor Swift y Carrie Underwood, y visitas guiadas por el backstage del auditorio.
Además de disfrutar del country, los viajeros pueden saciar su apetito de compras en el cercanísimo  Opry Mills, el outlet más grande de la ciudad. Justo al frente está el muelle, desde donde se puede abordar un barco de vapor. Sin duda, debemos visitar la zona en otra ocasión. Por ahora, la música es nuestro motivo.

La armonía de la historia
Tras despedirnos de Julie, caminamos unas cinco cuadras sobre la Quinta Avenida, en pleno centro, hasta llegar al Country Music Hall of Fame & Museum. El edificio presenta en su fachada las teclas de un gran piano, pero la verdadera sorpresa está en el interior: grabaciones, videos, fotografías y objetos personales de algunos de los ídolos que más han influido en la historia musical de todo el país: interpretaciones de Elvis Presley, Johnny Cash, Dolly Parton, Hank Williams, Patsy Cline y Chet Atkins suenan por todo el museo.
Dos cuadras más adelante, sobre la misma Quinta Avenida, se halla el Ryman Auditorium, declarado Monumento Histórico Nacional en 2001 y reconocido en 2006 como el sitio donde oficialmente surgió el bluegrass.
Fundado en 1892 como el Union Gospel Tabernacle, aquí se presentaron casi todas las grandes figuras que hemos visto en el museo y otras como Louis Armstrong, Enrico Caruso, Charles Chaplin, Katherine Hepburn, Sarah Bernhardt e incluso Helen Keller y Theodore Roosevelt, quienes ofrecieron discursos.
El Ryman es uno de los sitios favoritos de los lugareños, debido a que tiene una nutrida agenda de conciertos que igual contempla a Bob Dylan, Ringo Starr, Aretha Franklin, Tom Waits, Norah Jones que a Oasis, Arcade Fire, Train, Interpol, Snow Patrol, Kings of Leon, The Killers y Smashing Pumpkins.

A seguir los pasos
Tras empaparse de la historia musical de este destino, estamos listos para empezar a disfrutar de la noche en el Wildhorse Saloon, con el llamado baile en línea.
Hay que disfrutar del camino para llegar hasta ahí. Avanzamos por la segunda avenida, a una cuadra del río, y por la avenida Broadway. Las calles están llenas de anuncios con botas y sombreros luminiscentes y abundan los bares de Honky tonk (esta zona es conocida localmente como The district). El Wildhorse, un restaurante bar de tres plantas, es uno de los más concurridos.
Entramos y ya suena la banda Mckenzies Mill, un grupo de country rock que ha arrasado en todos los concursos de batallas de bandas y -según nos cuentan- empieza a causar euforia en Nashville. Mientras los escuchamos pedimos la especialidad de la casa: rodajas de pepinillos fritos (“fried pickles”).
Al grito de “Yeeehaaa” una animadora, luciendo un par de botas brillantes, aparece en el escenario e invita a todos a la pista. ¡Va a empezar el famoso baile en línea! Tratamos de seguir las instrucciones de una serie de pasos que dejan muy, muy atrás al “Caballo Dorado” mexicano. No tenemos mucho éxito. Las combinaciones, desplazamientos y figuras parecen variar con cada acorde, pero los vaqueros y vaqueras locales no pierden el ritmo.
Sólo los visitantes chocamos unos con otros mientras los oriundos nos sonríen y dan alguna palmada o un giro al compás de esa música alegre, una música que nunca cesa en Nashville.

Todos la miran
Nashville ya es popular. No sólo es la locación de la serie de ABC que lleva su nombre, y que podría hacer lo que la serie “Dallas” hizo por esa ciudad en los años 80, también fue evaluada por Forbes como una de las 10 ciudades donde mejor se vive y con mayor futuro económico en Estados Unidos y una de las 10 mejores para pasar un fin de semana.
Una encuesta de Gallup la ubicó en el cuarto lugar con mayores oportunidades de trabajo en 2011; y en diciembre pasado, por primera vez en la historia fue anfitrión de los Grammys, en lugar de Los Ángeles.
La revista GQ la bautizó como “Nowville” y celebridades como Keith Urban y Nicole Kidman, Al Gore, The White Stripes, Jessica Simpson y Taylor Swift deben coincidir, pues tienen residencias ahí.
El gobierno también está entusiasmado: en mayo inaugurará el Music City Center, el espacio público y centro de convenciones más grande del estado y uno de los más grandes del sur. Pero no todo es música, la ciudad también es un importante centro financiero y aloja un amplio número de colegios y universidades, liderados por la Vanderbilt University.

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