José Luis Aldana Wario, párroco del Calvario, señaló la necesidad de vivir en tolerancia y respeto para prevenir y evitar los casos de bullying en la sociedad, y que el ejemplo debe provenir de los adultos.
El día de ayer, el cura del Calvario hizo un llamado a toda la sociedad para integrar en la educación de los niños la tolerancia y el respeto por el prójimo, mediante la conducta de los mismos padres de familia y adultos en general.
“A veces creemos que tenemos el derecho sobre los demás para lastimar y humillar, el reciente caso de un menor fallecido nos tiene que llamar a toda la sociedad, porque todos hemos sido víctimas o agresores, nuestra crítica a veces es muy destructiva, acudimos a las palabras hirientes mofándonos de la demás gente, inclusive cuando ya somos adultos”, expresó Aldana Wario.
Según comentó el sacerdote, la primera acción preventiva debe ser tomada por los adultos y padres de familia, puesto que “los niños son el reflejo de lo que somos los adultos”.
También señaló que los padres de familia y quienes tienen algún liderazgo en la comunidad deben de observar y poner remedio cuando se observan detalles de bullying o cualquier otra forma de violencia en la sociedad.
“Creo que ya pasaron los tiempos en que podíamos sentir que estábamos unos por encima de otros, ahora es importante que todos nos respetemos y ayudemos, debemos crear conciencia de que los niños son el reflejo de una sociedad y es a ellos a quienes les debemos de enseñar no sólo una manera de vivir y de relacionarse respetando a los otros, ojalá que este caso sea una llamada de atención para todos los adultos, para ver qué tanto vivimos en un ambiente de agresión y qué hacemos por evitarlo”, agregó el padre José Luis Aldana.
Aconseja sacerdote fidelidad y perdonar
El Evangelio de ayer presentó una semblanza del corazón de Jesús y el lugar señalado para el perdón de los pecadores, señaló José Luis Aldana Wario, párroco del Calvario.
“El hecho de que le presenten a Jesús a una mujer sorprendida en adulterio, es el marco donde se desarrolla esta enseñanza de Jesús, en donde nos muestra su amor y misericordia”.
El sacerdote señaló que desde hace tiempos inmemorables la sociedad ha manejado una doble moral, donde generalmente es la parte débil señalada con las mujeres quienes salen perdiendo.
“Hemos estado en culturas machistas, en donde la figura de la mujer ha sido pisoteada y la justicia no es impartida por igual entre los seres humanos, sin embargo, en el corazón de Jesús no existieron tales diferencias ni señalamientos, ya que él mismo nombró a María Magdalena mujer, igual que como le llamaba a su madre, para él no había por qué discriminar a una, sino más bien se preocupó por hacerla al camino correcto”.
Dijo que se requiere que la sociedad recuerde la importancia de la fidelidad. “A mucha gente se le ha olvidado que el adulterio es un pecado, hoy vivimos en una sociedad en que el adulterio se convirtió en deporte nacional, pero no deja de ser para quienes tenemos fe una grave transgresión a la Ley de Dios, es pisotear algo tan sagrado como lo es la vida de un matrimonio, es importante tener en claro que un amor jamás ofende ni denigra”.
Y agregó: “Todos somos frágiles y no podemos vivir solamente señalando el pecado y el crimen de los demás, y nos olvidamos de que también nosotros podemos ser pecadores”.
