Hay personas tan responsables de sus mascotas que no olvidan las fechas de las vacunas de sus perritos y nunca dejan pasar las visitas al veterinario, en cambio, ellos mismos jamás van al doctor para un chequeo de rutina.
Esto evidencia una falta de cultura de la prevención, porque las personas actúan hasta que se enferman.
“Olvidamos que nuestro cuerpo requiere continuas revisiones médicas”, señala el médico general Édgar Rodríguez Garza.
“La prevención es cuestión de educación. Es más efectivo prevenir que tratar la presencia de enfermedades”, añade por su parte la médico familiar Marta Urdiales Green.
Cuidar la salud no es complicado, simplemente es cuestión de adoptar una cultura preventiva.
Las enfermedades crónicas que más aquejan a la población, como diabetes, hipertensión, colesterol, cáncer y problemas cardiovasculares, no provocan una muerte repentina, sino que afectan a los pacientes de forma gradual. Y cuando no se controlan de manera oportuna y correcta provocan complicaciones.
Si bien la muerte es inevitable, vivir con una salud de mala calidad sí se puede evitar.
“La prevención es nuestra mejor inversión”, advierte Rodríguez Garza, director del Centro Médico Santa Fe.
Y para empezar a trabajar en ella es necesario que cada persona identifique sus antecedentes familiares y factores de riesgo.
“Primero hay que enumerar las enfermedades de los familiares directos (padres, hermanos, abuelos, tíos). Si ellos sufrieron diabetes o hipertensión, hay que acudir periódicamente al médico para detectar oportunamente estas enfermedades y evitar sus complicaciones”, manifiesta el médico general.
Además del historial médico familiar es indispensable conocer los factores de riesgo y evitarlos.
“Si tienes obesidad, sedentarismo, tabaquismo, estrés y alimentación alta en colesterol o carbohidratos, tienes más probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas en poco tiempo”, comenta, ya que la edad y el género también son aspectos determinantes en la aparición de ciertos padecimientos.
“La falta de una cultura de prevención eleva los costos económicos, de tiempo y de sufrimiento, tanto para el enfermo como para la gente que lo rodea, porque al inicio de una enfermedad el paciente tiene mucha gente a su alrededor, pero cuando su condición se prolonga se va quedando solo”.
Por su parte, Urdiales Green manifiesta que el estilo de vida es un factor que favorece la presencia o la ausencia de enfermedades.
“La familia es el origen de salud y enfermedad, no sólo por la cuestión genética, sino porque en casa se adquieren hábitos. Mucho tiene que ver la actitud de los papás hacia los hijos, la prevención empieza enseñándolos a comer bien y hacer ejercicio”, indica.

Grados de prevención
Probablemente en algún momento de la vida será inevitable sufrir alguna enfermedad, sin embargo, la prevención permite retrasar su aparición y evolución.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) dicta que la prevención es primaria, secundaria y terciaria.
La primera está orientada a evitar la aparición de enfermedades o problemas de salud, la segunda a detener o retardar el progreso de una enfermedad ya presente en una persona y la tercera a mejorar la calidad de vida de las personas enfermas.
“La prevención primaria consiste en intervenir antes de que se produzca la enfermedad, a través de promoción de la salud, medidas de higiene y campañas de vacunación”, indica la médico familiar Marta Urdiales Green.
Cuando ya se presenta una enfermedad, la prevención secundaria permite tomar medidas para evitar complicaciones.
“Por ejemplo, un paciente con diabetes no puede curar su enfermedad, pero sí puede controlarla y evitar perder la vista o alguna extremidad. Y en caso de que ya tenga una complicación en el riñón y reciba hemodiálisis, la prevención terciaria permitirá evitar que su situación empeore”, explica Green.
Todos los tipos de prevención son importantes, pero la primaria es vital porque tiene como objetivo mantener y mejorar la salud.
En México, desde hace algunos años, la Cartilla Nacional de Vacunación cambió por la Cartilla Nacional de Salud para integrar al esquema de vacunación acciones de promoción de la salud, nutrición, detección, prevención y control de enfermedades.
“Es una guía para que el paciente conozca cuáles son las acciones preventivas recomendables dentro del programa de prevención y cuidado de su salud”, señala la médico familiar.
De aquí el énfasis en cuidar la alimentación, realizar mínimo 30 minutos de ejercicio aeróbico al día y acudir a una revisión médica cada año.
“La prevención está en nuestras manos”, señala por su parte el médico general Édgar Rodríguez Garza.
“Todas las personas con antecedentes familiares de alguna enfermedad o expuestas a factores de riesgo deben realizarse un chequeo general cada 6 ó 12 meses. Su médico les indicará los estudios necesarios según sea el caso”.
Habitualmente, los análisis de laboratorio solicitados en un chequeo preventivo son biometría hemática, perfil bioquímico, perfil de lípidos, examen general de orina y perfil coprológico.
“El médico determinará estudios complementarios como electrocardiogramas y pruebas de esfuerzo, y estudios específicos según el grupo de edad y el sexo, como antígeno prostático y eco de próstata a los hombres, y papanicolaou, mamografía, eco pélvico y perfil hormonal a las mujeres”, indica el médico, quien añade que en todos los casos es importante una valoración nutricional y la incorporación de suplementos (vitaminas, minerales, antioxidantes, enzimas), de acuerdo a las necesidades de cada persona.
Según datos de la OMS, al eliminar factores de riesgo se previene al menos el 80% de todos los casos de cardiopatía, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2, incluso más del 40% de los casos de cáncer.
Además de evitar que una situación crítica se presente, la prevención permite disfrutar de una vida más sana.

Para saber
Exámenes de laboratorio para un chequeo preventivo:
– Biometría hemática.
– Perfil bioquímico.
– Perfil de lípidos.
– Examen general de orinal (EGO).
– Perfil coprológico.

Estudios complementarios según edad y sexo:
– Hombres: Antígeno prostático y eco de próstata.
– Mujeres: Papanicolaou, examen de glándulas mamarias (eco o mamografía), eco pélvico y perfil hormonal.

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