Cassandra Escamilla, doctora del Hospital Comunitario de Purísima del Rincón, estacionó su auto frente a este nosocomio la mañana del jueves y después de las 4 de la tarde que salió ya no lo encontró.
Pero no es el único caso, también otros trabajadores del hospital y usuarios han sufrido robos de objetos al interior de los autos que estacionan afuera del Hospital de Purísima, ubicado en colonia Loma Alta.
Juana María Meza Lara, jefa de Enfermería en el hospital, contó que el año pasado le abrieron su carro para robarle el estéreo, y Regina Carmen Rocha Juárez, enfermera, compartió que en noviembre le forzaron una puerta de su Chevy para abrirlo pero afortunadamente no les dio tiempo o no pudieron.
El hecho es que las tres coincidieron en que desde hace unos tres años, cuando debieron dejar los autos estacionados afuera del hospital pues ya no fue posible tenerlos en una área adentro por las obras de ampliación del inmueble, los casos de robos al interior de vehículos han afectado ya a varias personas.
“Hay muy poca vigilancia aquí, por lo menos haya vigilancia, (que colocaran) cámaras de seguridad para identificar a los malhechores, para tener algo más de seguridad, porque no se vale que nosotros estemos trabajando, ayudando a la gente, salvando a la gente, y salgamos y desaparezcan los vehículos, estamos para trabajar, no vamos a estar entrando y saliendo para revisar cómo están los vehículos, no se vale”, comentó la joven doctora del área de hospitalización en Purísima, Cassandra Escamilla.
Comentó que tiene cuatro años trabajando en el Hospital de Purísima y la historia de cristalazos, robo a pertenencias y ahora a autos, va escalando. En su caso hace unos seis meses en otra calle de esa zona ya le habían abierto la cajuela del auto y afortunadamente no traía pertenencias que pudieran llevarse.
Y ahora, contó: “Dejé el carro en una calle lateral, frente a los locales, estaba en un traslado a León pues llevé a una niña que se había atragantado con una moneda, llegué como a las 4:20 de la tarde, vengo por mis cosas para salir, mi hora de salida es a las 3, salgo y busco mi auto sin encontrarlo”.
Y es que sólo hay un guardia privado que vigila el interior del hospital, no el exterior, y enfrente del hospital, que es un lugar más seguro, sólo hay seis espacios para estacionarse pero el personal por turno son más de 50 personas, además de usuarios y familiares, por lo que se ocupan las calles de la zona.
Juana María Meza Lara, jefa de Enfermería del hospital, recordó que fue en junio pasado que le abrieron también su auto Tsuru para robarle el estéreo y sabe de muchos otros casos. “De muchos compañeros he sabido, estéreos, laptops, yo creo que ya nos bolsearon a todos, creo también se llevaron una camioneta como hace un mes, de los constructores aquí de la obra, a todas horas”.
La enfermera Regina Rocha agregó que también supo que se robaron una moto de un paciente.
Las entrevistadas pidieron mejorar la seguridad en la zona, pues no hay cámaras de videovigilancia, la presencia policiaca en rondines no es suficiente, además de que el alumbrado público es deficiente.
Juan Manuel Escamilla Márquez, padre de Cassandra Escamilla, levantó el mismo jueves por la tarde la denuncia por el robo del Tsuru azul modelo 2002 integrada en la averiguación previa número 4368.
