Si el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) fuera una empresa, estaría entre las 200 más grandes de México por el monto de sus ingresos.
Las dos cuentas del sindicato en Banco Santander de las que salieron los fondos desviados por Elba Esther Gordillo, tuvieron ingresos por 30 mil 644 millones 780 mil 959 pesos en el periodo 2009-2012, según consta en la acusación presentada por la Procuraduría General de la República (PGR) contra la ex lideresa magisterial por lavado de dinero y delincuencia organizada.
El ingreso anual promedio en estas cuentas, por tanto, ascendió a 7 mil 661 millones de pesos, lo que pone al SNTE en el rango de empresas como Interjet, Banco del Bajío, Grupo Posadas, Grupo Celanese, Vector Casa de Bolsa, la paraestatal Pronósticos para la Asistencia Pública o el Banco Nacional de Comercio Exterior.
Los 7 mil 661 millones son superiores, por ejemplo, al presupuesto asignado en 2013 a dependencias como Presidencia de la República, con 2 mil 104 millones; Turismo, con 5 mil 211 millones; Relaciones Exteriores, con 6 mil 947 millones, o la Suprema Corte de Justicia, con 4 mil 664 millones.
El dinero salía y entraba con la misma velocidad. También de 2009 a 2012, de las dos cuentas se hicieron retiros por 30 mil 650 millones 107 mil 30 pesos. Con independencia de su origen, una vez que los fondos ingresaron a las cuentas del sindicato se convirtieron en recursos privados, por lo que no están sujetos a la Ley Federal de Transparencia.
Se trata de las cuentas 17000003616 y 17000001663 de las que en el mismo periodo se hicieron transferencias por más de 2 mil millones 500 de pesos hacia las de los tres prestanombres de Gordillo, todas en Santander, de acuerdo con el dictamen técnico de contabilidad presentado por la PGR.
Organizaciones que dan seguimiento al SNTE han estimado que el ingreso anual por cuotas sindicales de los maestros es de entre 2 mil y 2 mil 500 millones de pesos; el resto de los ingresos, derivaría de recursos que le canalizan los gobiernos estatales y el federal por múltiples conceptos, muchos de ellos poco claros, así como por rendimientos de las inversiones del propio gremio.
