Este año, el Gobierno federal contempla un gasto neto total de 9 billones 66 mil millones de pesos y 19.2 por ciento provendrá de financiamiento o deuda. Agencia Reforma

El presupuesto federal de 2024, año electoral, es preocupante.

Esto porque alcanzará el mayor déficit fiscal del sexenio y con ello se romperá el compromiso de mantener finanzas sanas, advirtió el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).

Esto rompe en buena medida una tendencia que habíamos visto en esta misma Administración, el déficit presupuestario (Requerimientos Financieros del Sector Público) que se propone es de 5.4 % del PIB que contrasta con el de 2019 que fue de 1.6 % hasta el de 2022 que fue de 3.2 %“, señaló Diego Díaz, coordinador de Finanzas Públicas del Instituto. 

El País cubrirá el gasto neto de este año con un financiamiento de un billón 737 mil millones de pesos.

Es decir, que 19.2 % del gasto para 2024 se financiará con deuda. 

Así, se “rompe” con la idea de este Gobierno mantener finanzas sanas, lo que se da sobre todo para terminar con las grandes obras de este Gobierno federal, enfatizó. 

En 2024 se pretende terminar con el Tren Maya, una de las mega obras de la actual Administración federal.

Con esta justificación y que al final de cuentas no deja de ser un año electoral donde este gasto va a tener hasta cierto punto implicaciones inflacionarias es un riesgo que el Banco de México reconoce también“, comentó.

Lo anterior porque ante un mayor gasto federal se incentivará la demanda del País, lo que puede presionar a la inflación.

Sostuvo que si bien el déficit ha crecido en estos años, lo ha hecho de manera marginal, pero ahora da un “salto” importante al pasar de 3.9 % del PIB previsto para 2023 al 5.4 % este 2024. 

Desde un punto de vista general, la gran preocupación tiene que ver precisamente con este déficit, este desbalance que hay entre los ingresos que se estiman recibir y los gastos que hacen justamente que se refleje en mayores niveles de deuda”, enfatizó Díaz.

Para Alejandra Macías, directora ejecutiva del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), lo más preocupante de este presupuesto es que no se fortalecen los ingresos que finalmente derivan en un déficit “muy” alto. 

Esto se da en un contexto en el que existen presiones importantes en el gasto. 

Las presiones en el gasto son bastante altas, sobre todo por el pago de pensiones y por la parte que corresponde a estados y municipios.

Además, las transferencias que se hacen seguimos haciendo a Pemex para supuestamente salvarla sin que lo logremos“, señaló.

Agregó que no se vislumbra ninguna política fiscal que fortalezca los ingresos, sino que incluso hay medidas que parecen ir en sentido contrario como la reducción del pago del Derecho de Utilidad Compartida (DUC) de 40 a 35 por ciento que hace Pemex.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *