Un italiano soltero gay de 41 años llamado Luca Trapanese, adoptá una niña de 18 meses con síndrome de Down y habla de su experiencia como papá en noviembre a través de el libro “Nata per te” (Nacida para ti).
Afirma que la niña fue rechazada por 20 familias y él decide adoptarla en julio de 2017.
La experiencia de tener una hija con síndrome de Down le cambió la vida por completo y decide escribir el libro “Nata per te” (Nacida para ti).
ANHELABA UNA FAMILIA
Ingresé en el seminario a los 25 años. Pasé dos años ahí, hasta que conocí a un hombre y me enamoré de él.
Mi compañero y yo pasamos 11 años juntos y fue la historia de amor más bonita de mi vida.
Juntos fundamos nuestra propia organización de caridad en Nápoles para personas con discapacidades.
Mi pareja y yo siempre hablábamos de adoptar un hijo y ambos coincidíamos en que solo adoptaríamos a un niño discapacitado.
Lamentablemente, hace unos años terminé con mi compañero y me mudé a vivir solo.
Fue muy difícil porque todavía quería ser papá, pero en Italia los padres solteros todavía no podían adoptar.
Después las cosas cambiaron y a inicios de 2017 pude ofrecerme a adoptar niños.
Me dijeron que solo me darían niños con enfermedades, discapacidades severas o problemas de comportamiento, un niño que hubiera sido rechazado por todas las familias tradicionales.
Yo estuve completamente de acuerdo. Gracias a mi experiencia personal, sabía que tenía los recursos necesarios para lidiar con los problemas que tuviera el niño.
PRIMER CONTACTO
En julio de 2017 me llamaron y me dijeron que tenían una niña para mí, su nombre era Alba y tenía 13 días de edad.
Tenía síndrome de Down. La madre la había abandonado al nacer y había sido rechazada por más de 20 familias.
Luché para contener mi alegría. Dije que sí inmediatamente.
Corrí al hospital para recogerla. Estaba en una cuna pequeñísima, sola.
Cuando la tuve en mis brazos, me llené de júbilo. Sentí que era mi hija inmediatamente. Supe que estaba listo para ser su padre.
Los primeros días quise pasarlos solo con ella. No quería que mis mamás estuvieran ahí porque me iban a estar diciendo ‘no hagas esto’, ‘no hagas lo otro’.
Así que la llevé a la casa de campo de mi familia para crear vínculos con ella y fueron los momentos más dulces.
Luego organicé una fiesta para presentarla a mi familia extendida. Todos mis parientes estaban ahí, así como mis amigos del trabajo caritativo.

ESTEREOTIPOS
Alba tiene 18 meses. Tiene una personalidad muy fuerte y puede ser muy terca a veces. Le gusta jugar y bailar todo el día.
Le encanta estar con otras personas, así que la llevo a caminar al parque, a los museos o a trabajar conmigo, que le encanta.
Me trajo felicidad y una sensación de plenitud.
Estoy orgulloso de ser su padre. Nunca fue mi segunda opción. Yo la quería a ella.
Ahora veo un futuro para mí: pasaré el resto de mi vida con una niña a la que quiero y haremos muchas cosas maravillosas juntos.
Nuestra historia destruye muchos estereotipos sobre la paternidad, la religión y la familia. No fue intencionado. No es nada más que nuestra historia.
Con información de NOTICIAS BBC.
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