El pasado 6 de julio, un hombre fue rescatado tras quedar atrapado dentro de su automóvil en el Puente Deprimido tras la fuerte tormenta de esa tarde. Foto: Redes sociales.

León, Guanajuato.- El Puente Deprimido, ubicado en cruce del bulevar Hermanos Aldama y Timoteo Lozano, bajo las vías del tren, cada que llueve se convierte en una trampa para los automovilistas y un dolor de cabeza para el Comité de Prevención de Inundaciones.

También se ha convertido en un problema vial, pues a pesar de que cuenta con dos vialidades laterales sobre las vías del tren, la empresa ferroviaria no ha dado permiso para que se utilicen en caso de emergencia. 

En 2017, el Gobierno del Estado invirtió 27 millones de pesos en la rehabilitación de este puente, asegurando que daría más fluidez al tránsito y evitaría inundaciones; sin embargo, en el 2018 se volvió a inundar.

En esa ocasión, Sapal informó que dicha inundación se debió a que se robaron 150 metros de cableado y más de 300 kilos de cobre, por lo que las bombas no pudieron ser operadas.

Personal de Sapal ha señalado que el puente seguirá hundiéndose debido a que cuenta con potentes bombas extractoras de agua, pero no con una planta de energía de emergencia que sea suficiente.

Este 6 de julio, dicho puente se volvió a inundar, quedando atrapado un automovilista.

El Puente Deprimido volvió a inundarse el pasado 6 de julio. Foto: Daniel Villaseñor

Por su parte, el director de Protección Civil, y miembro del Comité de Prevención contra Inundaciones en León, Crescencio Sánchez Abundiz,  aseguró que el puente cuenta con un gran cárcamo y seis potentes bombas “charqueras” de alta gama para desfogar el agua, y una planta de energía suficiente, pero el problema es la basura.

El problema es la basura que arrastra la corriente por el bulevar Hermanos Aldama y Timoteo Lozano; la basura bloquea las bombas de absorción que desfogan el agua hacia el río de los Gómez. Son bombas de gran capacidad, bombean hasta 10 mil litros por segundo, pero el agua llega a subir hasta 3.5 metros de altura, con mucha basura”, señaló el director de PC.

Añadió que las vías laterales, que están sobre las vías del tren, están bloqueadas, porque la empresa ferroviaria no permite que se abran, ni en caso de emergencia. Esas avenidas laterales se han convertido en un gran estacionamiento para la empresa Coppel.

“Se cuenta con una planta de energía eléctrica, operada con combustible. Las seis bombas del puente se activan automáticamente a determinado nivel, pero el problema es la basura”, reiteró Crescencio Sánchez.

Cuando se inunda el puente, los automovilistas que van a tomar la autopista a Aguascalientes, tienen que usar como vía alterna el bulevar Timoteo Lozano y Prolongación Juárez, que es otro crucero crítico sin solución, con una glorieta obsoleta, y donde se tiene proyectado construir un puente sobre la vía del tren desde hace años.

El Puente Deprimido se construyó hace tres décadas, para agilizar el tránsito del bulevar Hermanos Aldama hacia la Central de Abastos, pero a la fecha se ha convertido en un problema vial.

“Es un puente mal diseñado. Los tráileres que van a Central de Abastos, que circulan  por Timoteo Lozano, batallan mucho para dar vuelta y bajar al puente para tomar Hermanos Aldama, a veces se quedan atorados. En el 2017 se rehabilitó, pero quedó con los mismos problemas”, dice Rosendo López, de la Central de Abastos.

Señalan comerciantes que lo que se requiere es un puente moderno, sobre las vías del tren, como el que se construyó en Santa Ana del Conde y no un puente deprimido que es ya obsoleto y se ha convertido en un  problema vial y de inundaciones.

DAR

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *