León, Guanajuato.- A casi un mes del desalojo de la escuela Canadian School, ubicada sobre la carretera Federal León-Lagos en Balcones del Campestre, padres de familia exigen la devolución de inscripciones y colegiaturas, así como información clara sobre el futuro del plantel.
El desalojo ocurrió el pasado 7 de julio, y desde entonces, la escuela no ha tenido ninguna actividad, denuncian padres de familia que, por temor a represalias, solicitaron el anonimato. Aseguran que no han recibido ningún comunicado oficial sobre lo ocurrido y que, pese a la situación, la página de Facebook de la escuela sigue promoviendo inscripciones para el próximo ciclo escolar.
También señalaron que sus llamadas, mensajes y correos electrónicos han sido ignorados. Esto ha generado un ambiente de incertidumbre y molestia, por lo que varios afectados anunciaron que preparan una demanda colectiva ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
No hay ninguna actividad, hasta hace 2 días habían prometido que se iban a otras instalaciones con un socio nuevo, pero ayer se nos mandó un comunicado diciendo que siempre no”, comentaron padres de familia.
AM acudió la mañana del miércoles 6 de agosto a las instalaciones del colegio y pudo constatar que el plantel permanece cerrado, sin avisos oficiales visibles ni presencia de personal docente, directivo o de seguridad.
La situación obligó a muchos padres a inscribir a sus hijos en otras instituciones educativas, lo que representó un gasto adicional en inscripciones, colegiaturas, libros de texto y uniformes. Por ello, exigen a las autoridades académicas y socios de Canadian School la devolución de los pagos realizados.
Otro padre compartió que solicitó su reembolso desde el 16 de julio, pero no ha obtenido respuesta de la administración.
La escuela ya definitivamente no continúa y no nos están dando información. Envié mis datos al área de finanzas y desde entonces no hemos sabido nada”, declaró.
AM intentó contactar a autoridades académicas del plantel y llamó al número telefónico publicado en su página de Facebook; sin embargo, la llamada fue enviada directamente al buzón de voz y no se obtuvo respuesta oficial.
El desalojo
El lunes 7 de julio de 2025, actuarios y policías municipales desalojaron el campus León del colegio Canadian School, sacando todo el mobiliario en pleno día de clases, como resultado de un conflicto legal entre los socios de la institución educativa.
Al día siguiente, el martes 8 de julio, personal de Profeco acudió al plantel, ubicado en la salida León-Lagos, para entregar una orden de verificación. Sin embargo, nadie los recibió, a pesar de insistir varios minutos tocando las rejas del acceso principal.
El colegio quedó cerrado con candados, mientras que padres de familia solicitaron apoyo a Profeco, ante la incertidumbre sobre el cierre del ciclo escolar. El colegio está registrado con la razón social “Operadora Educativa de León S.A. de C.V.”
David Haro González, titular de Profeco Bajío, confirmó que asesoraron a los padres afectados. Se programó una reunión preliminar con directivos del colegio para el viernes siguiente, donde se buscó garantizar los derechos de las familias y los menores afectados.
Tras el desalojo, los padres trasladaron los muebles escolares a bodegas, a la espera de encontrar un nuevo espacio donde continuar el siguiente ciclo escolar. Para el martes por la mañana, solo quedaban restos de materiales y bolsas de basura en el lugar.
Había quejas previas de maestros
Poco después del desalojo, AM se comunicó con una maestra que laboró durante un ciclo escolar en esta escuela donde se imparten clases de preescolar y primaria, pero salió en 2022 debido al clima laboral hostil y por el salario bajo.
Me trataban muy mal, la paga era muy poca para los docentes de español a diferencia de sus maestras canadienses que hasta departamento les ponían”, comentó pidiendo el anonimato para no recibir represalias.
La educadora señaló que este hostigamiento laboral la llevó a tomar terapia debido al estrés que le causó; además explicó que posteriormente también este malestar lo tuvieron las profesoras que venían de Canadá.
“Te la pintan muy bonito cuando entras a trabajar, pero la realidad era otra. No teníamos sala de maestros, querían que yo entrara a las 8 am aunque mi hora de trabajo era hasta las 10 y que saliéramos diario a las 4. Por un pago de 3 mil 200 (pesos) quincenales”, explicó.
DAR
