León, Guanajuato.- Para hacer diseños más inteligentes, situados y que se contrapongan a “recetas mágicas” para afrontar el fenómeno delictivo o violento, primero es necesario saber qué hay localmente, como qué grupos delictivos están presentes y cómo se integran estructuralmente.
Así lo afirmó César Alarcón Gil, investigador y autor del libro “Mercados ilegales, tráfico de drogas y seguridad pública: La acumulación social de la violencia en México“, publicación que presentó este miércoles en la Universidad Iberoamericana de León.
“La acumulación social de la violencia es un conducto conceptual que te llama a entender que la violencia no es lineal ni estática, es multifactorial, multicausal y tiene diversos indicadores de observación.
Este concepto de violencia lo puedes desagregar en distintas formas de violencia que se hacen presentes frente al fenómeno delictivo o violento, por ejemplo, el robo de hidrocarburos enmascara formas de violencia comunitaria”, apuntó.
Subrayó que es importante entender que la violencia es múltiple y a medida que se va descomponiendo se puede entender el curso de acción desde los componentes delictivos que la constituyen.
El doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explicó que cada lugar tiene sus procesos de acumulación social de la violencia diferenciados, esto debido a que no en todos están presentes los mercados ilegales de drogas, de hidrocarburos o de explotación sexual, entre otros.
Todas estas dinámicas tienen configuraciones de circuitos específicos en términos de organización, redes de protección y formas de ejercicio y analizar esto permite hacer diseños más inteligentes, más situados y que se contrapongan a estas “recetas mágicas” para combatir la delincuencia y la violencia.
La federación dice hay que hacer esto, pero, ¿qué sabe la federación de cómo está funcionando?, ¿localmente qué hay? El llamado de atención, es primero, hay que saber qué hay sobre el terreno, qué grupos delictivos hay, cómo se integran estructuralmente, cuál es el sistema productivo local”, resaltó.
Es a partir de este análisis que se pueden diseñar estrategias que permitan atacar de una mejor manera; puede haber objetivos comunes pero la forma de afrontar el fenómeno delictivo o violento tiene que cambiar situacionalmente, advirtió Alarcón Gil.
“No vas a hacerle frente a la violencia familiar empleando a las fuerzas armadas, no es lo mismo hacerle frente a los grupos delictivos organizados que al ladrón de barrio y es eso lo que tenemos que entender”, enfatizó.
Alarcón agregó que trabaja con investigadores brasileños en el desarrollo de un sistema de indicadores sobre el comportamiento delincuencial para entender cuáles son las circunstancias que producen y rodean al crimen y que permiten el desdoblamiento organizacional de los grupos delictivos.
Respecto a León, hay que voltear a ver lo que está en disputa en el espacio local, identificando, por ejemplo, el perfil de los grupos delictivos, por qué los grupos delictivos locales tienen más que ver con el contrabando de hidrocarburos que con otro tipo de cosas?”.
“Ahí se entiende que es un mercado ilegal específico que se configura localmente, el tema del tráfico de drogas no es una dinámica tan fuerte comparativamente hablando con otros países porque no hay un mercado que te ofrezca la rentabilidad”, concluyó.
Finalmente, el investigador compartió que dedicó ocho años al trabajo de investigación y a la elaboración de este libro de 724 páginas publicado por la editorial UBIJUS.
AAK
