León, Guanajuato – Mientras llegaba el año nuevo de 1994 y los diarios dedicaban sus páginas al análisis del arranque del Tratado de Libre Comercio, la apuesta más osada del régimen salinista, integrantes del desconocido Ejército Zapatista de Liberación Nacional se levantaron en armas en Chiapas y ocuparon San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Las Margaritas, Altamirano y Chanal. 

El desconcierto provocado por la insurrección fue tal que un funcionario de la Secretaría de Gobernación, citado por La Jornada, declaró que el problema ameritaba solamente la intervención de las autoridades estatales, para intentar resolver demandas añejas que habían provocado los incidentes.

La realidad fue que el levantamiento se convirtió en foco de atención del mundo entero, obligó al Presidente Carlos Salinas a modificar su gabinete y se transformó, con el nombramiento como Comisionado por la Paz de Manuel Camacho -recién derrotado por Luis Donaldo Colosio en la lucha sucesoria- en la raíz de las más graves tensiones en el escenario político nacional.

El rápido alto al fuego, anunciado tras unos cuantos días de enfrentamientos, dio lugar a largas negociaciones y al establecimiento de zonas “autónomas” que se mantienen hasta nuestros días& lo mismo que la miseria.

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