Irapuato, Guanajuato.- Para la ciencia los transgénicos en plantas como el maíz no son malos para la salud y, por el contrario, pueden ser una herramienta para lograr variedades mejoradas.
La doctora e investigadora del Cinvestav (Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, sede Irapuato), María Jazmín Abraham Juárez, explicó que los científicos que trabajan con plantas transgénicas saben, por la evidencia científica, que no son perjudiciales para la salud.
¿Qué son las plantas transgénicas?
Las plantas transgénicas son aquellas que han sido modificadas para introducirles material genético de otro organismo, ya sea de otra planta pero también de algún microorganismo como bacterias, hongos y así es cómo las hacemos, es una herramienta poderosísima para producir variedades mejoradas”, dijo.

La Cámara de Diputados y el Senado recién aprobaron una reforma constitucional para la protección de maíces nativos, prohibiendo el cultivo del maíz transgénico.
Dos alternativas: transgénicos y modificaciones genéticas
La científica expresó que esto ayuda a las plantas a desarrollarse más rápido y que la producción avance por la tecnología que se les aplica y la cual está basada en lo que ocurre en la naturaleza.
“Así como los ingenieros que fabrican aviones usan una tecnología que se basa en cómo vuelan las aves por ejemplo, así esta tecnología de creación de organismos transgénicos está basada en lo que ocurre la naturaleza y en todos los organismos que conocemos, ya sea plantas o animales e incluso en humanos, está ocurriendo la transformación genética constantemente, naturalmente”, agregó.
La científica refirió que actualmente se realizan modificaciones genéticas que no los convierte en transgénicos, ya que se les hace un cambio en los genes del mismo organismo y de esta manera se crean variedades resistentes a plagas, sequías, calor, pero esto no es nuevo ya que la naturaleza lo hace y esto se ve en la evolución de organismos, que a lo largo de los años se ven las mutaciones.
“Esas mutaciones son naturales y ocurren en cambios en el DNA y un ejemplo muy clásico es el maíz, porque ahora sabemos que el maíz se originó a partir del teocintle y eso ocurrió en México (…) esa modificación que se creó en los genes fue hace alrededor de 9 mil años, aquí en México y se dio porque los agricultores de ese entonces fueron seleccionando las variedades que a ellos les convenía de acuerdo a las características”, agregó.
Entonces se hizo una selección de los mejores teocintles y lo fueron transformando creando el maíz actual y las razas criollas que son alrededor de 63 o 64.
“Esas son variantes del mismo maíz, son la misma especie y solo son variedades diferentes, entonces estos mejoradores a través de todos estos miles de años han ido seleccionando las mejores y de manera intencional hicieron modificaciones, pero ellos lo hicieron de manera tradicional, haciendo cruzas”, indicó.
La técnica Crispr-cas
Para crear una especie de maíz mejorada se necesitan alrededor de 10 años, y con la tecnología de transgénicos que es nueva se han creado variedades mejoradas en tiempos cortos de 1 a 2 años, por lo que se reduce mucho el tiempo.
Nosotros los científicos estudiamos y optimizamos esas tecnologías para poder obtener variedades mejoradas pero más rápido, utilizando tecnología, entonces actualmente ya existen muchas formas de hacer transgénicos e incluso ya hay una que ha sido muy sonada y que nos interesa mucho en México que se llama Crispr-cas, esa es la tecnología más nueva que existe para crear organismos modificados genéticamente”, expresó.
Abraham Juárez mencionó que esta tecnología es muy conveniente ya que con ella no se producen transgénicos específicamente, sino que son organismos a los cuales se les modifican los genes, con esta técnica y con la enzima se puede cortar el DNA en el gen que les interesa para crear una variedad y tiene la ventaja que los organismos no son transgénicos sino ‘educados’ y no tienen DNA de otros organismos.
“El DNA del organismo se modifica y eso les cambia características agronómicas, por ejemplo el tamaño del fruto, rendimiento, mejora resistencia a patógenos o resistencia a estrés como sequía y calor, entonces a través de la historia el objetivo de los científicos es mejorar las condiciones de vida de los humanos”, indicó.
Manifestó que lo que más les interesa en Cinvestav es la creación de organismos modificados y es donde se está aplicando la edición genética de Crispr-cas.
Tras investigaciones, llegaron a la conclusión de que la técnica de Crispr-cas es altamente eficiente para modificar, además de que se puede utilizar en plantas, animales y microorganismos.
Los transgénicos no son malos para la salud, sostuvo la científica, es una tecnología que las personas deben de conocer bien para saberla utilizar.
Regular su uso
AM: ¿Está de acuerdo con el uso de transgénicos para la producción de maíz?
Sí, estoy de acuerdo por todas las ventajas que tienen siempre y cuando se haga bajo las normas estrictas que implican no liberar variedades transgénicas sin haberlas estudiado exhaustivamente para estar seguros que no causan daño al ambiente y al organismo que las va a consumir”.
La científica refirió que los transgénicos se tienen que manejar diferente a las líneas híbridas de semillas que están a cargo de compañías, pero esto no se debe de hacer, ya que todas las personas tendrían que tener accesos a ellos.
“Los investigadores deberíamos poder desarrollar variedades híbridas que sean propiedad del Gobierno o de instituciones mexicanas y lo podemos hacer, pero solo necesitamos más apoyo del Gobierno, entonces yo estoy de acuerdo, porque son altamente eficientes y se tienen que usar como un beneficio, así como se usan los híbridos, también los transgénicos se pueden usar”, agregó.
Expresó que México debe de tener sus patentes para la producción de maíz, además de que se debe tener un especial cuidado para no tener contaminación de producción, ya que al ser sembrados al aire libre se tiene que tener un manejo adecuado y evitar una mezcla con las especies criollas de México.
Sí a transgénicos, pero con cuidado
Por su parte, el académico de la Universidad de Guanajuato, Héctor Gordon Nuñez Palenius, comentó que desde hace 50 años el uso de transgénicos no son malos para la salud y prueba de ello es que la insulina que actualmente utilizan las personas con diabetes es hecha de manera transgénica.
Toda la insulina en el mundo es transgénica, agarraron el gen de la insulina, la pusieron en bacterias, la hacen crecer en unos fermentadores muy grandes y de ahí sacan la insulina, entonces la duda que sale es, bueno ¿ya hay muchos muertos porque usan insulina transgénica? no verdad”, agregó.
Explicó que el tema de los transgénicos y su uso se debe a tema comercial, ya que empresas grandes tienen la patente para la producción de maíz transgénico y es algo que ocurrió con Monsanto que pertenecía a Estados Unidos y los cuales crearon plantas que crearan sus propios insecticidas, lo que hizo que Bayer que pertenece a Alemania y quienes son los proporcionaban los insecticidas y al ver bajas ventas, decidieron comprar la empresa y al poco tiempo el Gobierno de Alemania decidió abrir la producción de alimentos con plantas transgénicas.
“Al mes que Bayer compró Monsanto, el Gobierno Alemán ya autorizó la siembra de plantas transgénicas, ya habían pasado como ocho años (de la creación de plantas transgénicas) y estaba prohibido, Bayer compra Monsanto y ahora sí se puede”.
Explicó que no es que está a favor o en contra de los transgénicos ya que estos se encuentran siendo consumidos por mexicanos, ya que Estados Unidos comenzó la producción de maíz amarillo y México compra el producto para alimentar al ganado que se produce en el país y que los mismos habitantes consumen.
Informó que en la actualidad en el mundo más de 200 millones de plantas son transgénicas y estas llegaron para quedarse y los principales países que producen son Estados Unidos, Brasil, Argentina; pero México le consume a estos países maíz, por lo que ya se está haciendo uso de ellos.
Refirió que se tiene que tener cuidado con la producción con plantas transgénicas, pues se pueden cruzar las plantaciones y esto puede ocasionar que quienes tengan patentes de las especies, quieran adueñarse de las especies nativas de México.
JRL
