Gema Catalina Rico Lemus, tanatóloga y psicóloga. Foto: Eribaldo Gutiérrez.

Irapuato, Guanajuato.- Las festividades decembrinas son momentos que se vuelven difíciles de poder sobrellevar luego de la ausencia de un familiar que perdió la vida por enfermedad, de forma inesperada o se encuentra desaparecido y una de las maneras de honrarlos y recordarlos durante las fiestas es realizando las actividades que ellos les gustaba.

La psicóloga y tanatóloga, Gema Catalina Rico Lemus, comentó que en las fechas decembrinas, la mayoría de personas enfatiza que se deben vivir en armonía, unidad, cercanía con las familias y que son momentos para compartir; sin embargo, hay quienes perdieron un integrante de su familia y no saben cómo vivir su primera Navidad con la ausencia de su ser amado. 

¿Cómo sobrellevarlo si falta alguien en casa?, ya sea por desaparición o por muerte, que la persona haya trascendido, tenemos que contestar esta pregunta entendiendo que las personas no mueren en el recuerdo, no mueren en el amor, no mueren en el compartir y entonces a lo mejor pudiéramos decir que la muerte no existe en el amor; pero sí hay una despedida o trascendencia de un cuerpo físico y ese cuerpo físico al no estar genera dolor, añoranza y vacío”, dijo. 

Y aunque no puede haber un abrazo corporal, una voz nítida expulsada del cuerpo del familiar,  las personas deben de entender que si el amor por ese familiar continúa y la presencia sólo emigra del cuerpo a una energía, esta sigue con los familiares. 

Puso como ejemplo cuando uno utiliza un ventilador y les da el aire a las personas, les pide que le muestren ese aire; sin embargo, no se puede ya que no tiene forma. 

Yo pudiera decir que no existe porque no lo veo y pasa lo mismo con la presencia de nuestros seres queridos. Cuando ya no están en un cuerpo, el hecho de que no los pueda ver, no pueda ver una figura o el cuerpo con el que vivieron, no puede decir que no existan, entonces lo primero es comprender esta idea, y cuando se comprende da cabida y honra a esa presencia”, agregó. 

La tanatóloga refirió que cuando uno comprende que los familiares siempre están con uno después de su fallecimiento, se tienen dos opciones para honrarlos, la primera es desde el sufrimiento, hartazgo, negación o lamentación y la otra desde el amor. 

“Esto no significa que no duele, el dolor lo vamos a llevar siempre y el dolor lo vamos a tener que integrar a nuestras vidas, el dolor de no ver a las personas en un cuerpo o no saber dónde está su cuerpo en el sentido de los desaparecidos o no saber si ya trascendió o sigue con vida”, indicó. 

Comentó que cuando las personas se enfocan en la presencia energética y espiritual de su familiar, se va a honrar desde las vivencias y los buenos momentos que se compartieron en vida, donde se demostraron el amor entre ambos. 

Cuando me enfoco en ello, voy a empezar a sentir agradecimiento, voy a empezar a reconocer a mi ser querido y con ello viene la honra, ¿de qué manera lo honro? lo honro desde el sufrimiento o desde el amor, ¿cómo le gustaría a mi ser querido que yo estuviera en estas fechas?, ¿qué le gustaba a mi ser querido?, en esta Navidad yo los invitó a que el regalo para esos seres queridos trascendidos o desaparecidos sea el amor que vamos a emanar para su presencia, a través del recuerdo, del sentido y la energía”, indicó. 

Expresó que una vez que las personas lo puedan lograr, les van a dar cabida en su corazón y mente, además de darles un espacio en la mesa durante la cena navideña y la convivencia familiar. 

Asimismo, dijo que algunas personas se sienten culpables de estar celebrando estas fiestas o saliendo en familia cuando se tiene a una persona desaparecida o que trascendió, pero esto no debe de ser así, pues los seres queridos que faltan pueden sentirse plenos, al ver que están felices. 

Invita a colocar una fotografía

Invitó a las personas a que durante la cena navideña se puede integrar a su familiar fallecido, esto poniendo una fotografía de ellos en la mesa, integrarlos en el brindis agradeciendo por haber compartido la vida y honrar lo bonito que hicieron durante su paso por el mundo y recibiendo su herencia espiritual. 

Las herencias espirituales cuando un ser querido trasciende, la herencia espiritual es la energía que esa persona generaba en amor hacia mi vida, si esa persona era alegre, si a esa persona le gustaba la navidad, los regalos, pues voy a tomar esa herencia espiritual para utilizarla ahora en mi familia”, indicó. 

Del mismo modo, invitó a las personas que sí están pasando por la pérdida de un familiar acudan a un psicólogo o tanatólogo para poder llevar el proceso y aprender a vivir con la pérdida. 

Las Navidades no han iguales

Para Marisela Aranda Vaca, cada Navidad, desde el 2020, ha sido muy complicada, pues luego del  fallecimiento de su marido Jacinto Fonseca Ordas, el celebrar como antes ha sido muy difícil, pues él era el sostén de la familia y quien organizaba la cena del 24 y 31 de diciembre.

Jacinto Fonseca Ordas falleció el 29 de agosto de 2020. Foto: Cortesía.

La mujer comentó que su esposo falleció el 29 agosto del 2020 debido a que padecía cirrosis, por lo que la Navidad de ese año fue muy difícil, pues era complicado adaptarse a la vida sin él.

Hay muchas cosas que él hacía y se me hacía muy difícil para mí, el primer año en diciembre se me hizo difícil, pues sólo decía él ya no va a estar y ¿qué voy a hacer yo sola?, pero con el apoyo de mis hijos se me hizo más fácil”, indicó.

Platicó que los primeros meses luego de su muerte ella siempre se la pasaba en el panteón, pues sentía que estaba con él, pero luego de tiempo aceptó la realidad que él ya no estaba de manera física.

La primera navidad que pasó sin su esposo, ella estaba segura que no querían hacer cena, pues a todos les dolía que fuera a llegar navidad.

Fue difícil, todo lloramos, todos, porque decían mi papá, si mi papá estuviera, si mi papá estuviera, mi papá esto, para ellos todo era ‘mi papá’ y fue muy difícil hacer la cena sin él”, comentó.

Él era el encargado de hacer la cena y la ensalada, pues siempre tenía en mente que iban a llegar sus hijas, por lo que también se organizaban para hacer ponches y tamales.

“No hicimos nada ese año, llegaron todos y nada más dijimos vamos a hacer esto porque la verdad había pasado poco tiempo, fue en agosto y para diciembre solo habían pasado pocos meses, por eso no hicimos nada, hasta el siguiente año y porque una hija dijo, vamos a hacer esto, ¿cómo vamos a perder la tradición de mi papá?”, comentó.

Señaló que desde el 2021 comenzaron a celebrar de nuevo y lo hacen como una manera de honrarlo, pues han dicho que no quieren perder la tradición de lo que él hacía, pues es la forma en la que se sienten cerca de él.

Expresó que no incluye la foto de su esposo en la mesa por decisión de sus hijos, pues les duele mucho el no tenerlo, por lo que prefieren no hacerlo y solo pasan a un altar que le tienen en casa, pues les gusta sentir como si él estuviera ahí.

AAK

 

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