Irapuato, Guanajuato.- “Dejó muchas heridas muy dolorosas, la comunidad ya no volvió a ser la misma desde aquel día, a cada rato nos volvemos a preguntar ¿por qué mataron a tantos así, con tanto odio en el Anexo Arandas?”.
Así lo recordó Rodrigo, un comerciante de frutas y verduras, quien aquella tarde del miércoles del 1 de julio del 2020 estaba a punto de cerrar su negocio cuando se escucharon las descargas de armas de fuego en el anexo Arandas.
Recuerda que cerró su negocio y se refugió, hasta que ya no escuchó más disparos, a los 10 minutos veía llegar patrullas con sirena abierta, una tras a otra, tanto de la Policía Municipal, como del Ejército, Guardia Nacional y de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado. Después se fueron acercando ambulancias.
“Fue mucho dolor para las familias, un lloradero por todos lados (…), ya muchos familiares mejor se fueron de aquí, para no estar recordando, estando aquí muy cerca”, agregó don Rodrigo, con su rostro sereno, pero pensativo.

Aquel día hace tres años, tres hombres, a sangre fría, mataron a 27 personas, entre internos y padrinos del anexo “Buscando el Camino a mi Recuperación”.
Hoy donde fue el centro de rehabilitación es el hogar de un matrimonio joven, en medio de una calle desolada, pues la mayoría de los vecinos trabajan y regresan a casa por la tarde-noche.
“Llevo aproximadamente un año viviendo aquí, en lo personal, sí supe de lo que aquí ocurrió y sé que de hecho ya se va a cumplir otro año de lo que pasó, pero la verdad es que yo me he sentido muy tranquilo.
“La calle es muy tranquila, si ves, casi no pasan personas, si acaso pues los chavos que pasan en sus motos, pero nada más y de vecinos, hasta donde yo sé, en todas estas casas vive gente y me llevo bien con ellos, así que al menos por ahorita en ningún momento nos hemos sentido inseguros”, platicó Raúl, quien vive en la casa de dos pisos con su esposa y un perro que les da protección.
Ya no más veladoras
Contó que hace todavía algunos meses, familiares llegaban para dejar veladoras y ofrendas en memoria de las víctimas, inclusive hasta altares, reconoció que se sintió incómodo pero se fue acostumbrado.
“En un inicio las mismas personas, las familias se acercaban a dejar como una ofrenda o a hacer sus altares, aunque se sentía raro llegar a la casa y ver los altares nunca tuve problemas con ninguna de las familias, pero poco a poco fueron dejando de hacerlo”, agregó Raúl.

Tres años han pasado desde la masacre, los vecinos y los habitantes de Arandas y sus alrededores recuerdan con dolor aquel momento aunque prefieren evitar hablar del tema, levantan la frente y a seguir adelante.
Lo único que se tiene de antecedente, es que las cinco mujeres que estaban internadas ese día, vivieron para contarlo, ya que para no hacerles daño, los mismos criminales las encerraron en el cuarto, perdonándoles la vida.
Sentencian a responsable a siglos en la cárcel
A tres años de la peor masacre en la historia moderna de Guanajuato, solo ha sido sentenciado uno de los tres responsables de consumar la matanza de 27 internos y padrinos del centro de rehabilitación “Buscando el Camino a mi Recuperación”, de la comunidad de Aranda, de Irapuato.
Hace cinco meses y medio, Jesús Emmanuel, alias “El Jordan”, fue hallado culpable e históricamente el celayense fue condenado a casi ocho siglos de prisión.

El pasado 18 de enero, un juez de oralidad determinó que el peluquero fuera sentenciado a 797 años y 6 meses de prisión, por los delitos de homicidio calificado y homicidio en grado de tentativa.
Sin embargo, en la última audiencia, el juez hizo una precisión, que determinó que únicamente Jesús Emmanuel era responsable de la muerte de 25 de las 27 víctimas y de cinco de los seis heridos.
Purgará 29 años por cada homicidio y poco más de 14 años por los heridos, además de solventar más de 500 mil pesos por cada víctima, como parte de la reparación del daño.
De acuerdo con el Código Penal del Estado de Guanajuato, la pena máxima en la entidad es de 60 años, por lo que “El Jordan” pasará el resto de su vida en la cárcel.
Quedan dos pendientes
Cuando la Fiscalía General de Guanajuato anunció la detención de Jesús Emmanuel, también afirmó que junto con él, capturaron a los otros dos presuntos responsables de la masacre de aquel 1 de julio del 2020.
Sin embargo ya pasaron tres años y aún se desconoce la realidad jurídica de ellos, pues se presume que continúan detenido en el penal de Puentecillas, de Guanajuato capital, pagando condenas del fuero federal, por delitos contra la salud por la portación de droga y armas de uso exclusivo del Ejército Mexicano.
Supuestamente fueron detenidos con Jesús Emmanuel, “El Jordan”, pero que tenían cuentas pendientes que primero tenían que cumplir con la Fiscalía General de República (FGR).
A la fecha, hay un solo procesado y sentenciado por la masacre que le dio la vuelta al mundo en portales de noticias a nivel local, estatal, nacional e internacional.
AM
