Irapuato, Guanajuato.- Por la pandemia de la COVID, Alma Delia Delgado Álvarez, de 41 años, se quedó sin empleo y se empezó a dedicar a la pirotecnia el cual es el negocio familiar, sin embargo, por la gran cantidad de trabajo no había podido vacunarse.
Las filas eran demasiado grandes y yo no podía dejar de trabajar para estar formada, trabajamos en juegos pirotécnicos, cohetes, castillos, todo eso”, contó.
Ahora que recibe la vacuna dijo sentirse bien ya que ahora tiene una protección más para su salud y ahora que ella y su marido se las pusieron ya todos se encuentran algo protegidos, pues los mayores de 18 en su casa ya las tienen.

Su hermana se enfermó de COVID
Mencionó que de su familia solo una de sus hermanas se enfermó de COVID, pero se aisló y no hubo más contagios.
La mujer contó que su vida cambió mucho pues anteriormente ella trabajaba en una tiendita de una escuela y tras ser cerradas las aulas ella quedó desempleada, por lo que tuvo que entrar a trabajar en el negocio familiar.
No fue difícil porque en vacaciones yo me voy con ellos y uno sabe el trabajo, nada más la cuestión fue adaptarnos a estar todos en la casa, pero fue difícil adaptarse todos juntos, porque somos 9 y todos de diferentes edades”, indicó.

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Sin embargo, sacaron el lado bueno de la pandemia, ya que cada integrante tenía sus actividades por separado y casi no convivían, lo que les ayudó a tener más acercamiento con ellos.
La pandemia nos volvió a unir, te das cuenta que está haciendo falta en tu casa como la convivencia y lo malo fue que bajaron los ingresos”, agregó.
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