La vida de la familia Quintana Gutiérrez cambio desde hace seis años con el feminicidio de la niña Fátima en el municipio de Lerma en el Estado de México, desde entonces han sufrido las secuelas de la impunidad.

En su camino por tener acceso a la justicia, los padres y hermanos de la menor han padecido: amenazas, desplazamiento forzado, revictimización, violencia institucional e incluso, una negligencia médica, que derivó en el fallecimiento de un miembro más de la familia, Daniel, de 15 años, en noviembre del 2020.

“Lo que exigimos es justicia; que el feminicidio de Fátima no quede impune, ni las constantes violaciones a los derechos de mi hijo Daniel, pues el nulo acceso al sistema de salud derivó en una negligencia que provocó la muerte de mi niño”, reprochó Lorena Gutiérrez, madre de Fátima.

Mientras la familia sufre estas pérdidas, uno de los tres feminicidas sigue sin recibir sentencia y otro más, Misael, está a meses de salir de prisión, pues fue condenado a sólo cinco años, porque al momento de cometer el crimen era menor de edad. 

 “En México más de diez de nosotras las mujeres somos asesinadas cada día, confirma la ONU. Las autoridades lo saben pero no hacen nada,” confesó la mamá de Fátima

EL DATO

El 5 de febrero de 2015, “Tatis” volvía de la escuela a su casa, en la comunidad Lupita Casas Viejas en Huitzizilapan, Lerma, cuando tres vecinos la violentaron y mataron.

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