El cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo de México, informó que durante la madrugada del lunes 18 de enero el obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, Francisco Daniel Rivera Sánchez, falleció debido a complicaciones derivadas del Covid-19.
La Arquidiócesis Primada de México estuvo informando sobre la condición de salud desde el pasado 16 de diciembre, pues monseñor Rivera Sánchez había dado positivo a la prueba de Covid-19 y el 28 de diciembre había sido hospitalizado.
Nuestro querido obispo auxiliar, monseñor Francisco Daniel Rivera Sánchez, ha sido llamado a la Casa del Padre debido a complicaciones de salud derivadas del Covid-19. Oremos para que Dios Nuestro Señor le conceda la vida eterna. pic.twitter.com/qkb8l97jgr
Arquidiócesis Primada de México (@ArquidiocesisMx) January 18, 2021
Pidamos a Dios por la salud de monseñor Francisco Daniel Rivera Sánchez, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada, quien a dado positivo a COVID-19, con la esperanza de que Él lo sostendrá entre sus manos durante esta difícil etapa. pic.twitter.com/oYRcIpwIOP
Arquidiócesis Primada de México (@ArquidiocesisMx) December 17, 2020
Cabe recordar que el ministerio episcopal de Rivera Sánchez se llevó a cabo prácticamente en el aislamiento debido a la contingencia sanitaria por el Covid-19 y en ese tiempo participó virtualmente en la celebración de las misas y en el espacio de la Voz del Obispo por FB Live. También de forma remota acompañó pastoralmente a comunidades parroquiales y en el fortalecimiento de la Vicaría del Clero.
El obispo Francisco Rivera fue reconocido por su amable carácter y cercanía a las personas, en diversas entrevistas concedidas al semanario católico Desde la Fe, el prelado manifestó su gusto por ser un servidor de la Iglesia y de las personas, aseguraba que le gustaría cumplir un deseo: ser un obispo cercano a los sacerdotes, religiosos y a todo el pueblo de Dios.
“Sólo les pediría que recen por mí, para que sepa escuchar y dialogar para, juntos, construir el Reino de Dios”, decía en ese momento.
Aseguraba que Dios le concedió el don de la espontaneidad y la facilidad para conectar con la gente, aspectos positivos para su nueva encomienda. Sus cercanos lo conocían como una persona que se caracterizaba por su buen sentido del humor, el cual aseguraba desarrolló con los misioneros.
“A los 21 años entré a la Congregación de los Misioneros del Espíritu Santo pues me gustó la forma en la que hablaban con los jóvenes, su espiritualidad y la vida en comunidad”, expresaba.
