Con una ceremonia de gala, ingresaron al Salón de la Fama del Futbol, Arlindo, Rivelino, María Eugenia Rubio, Silvia Neid, Héctor Miguel Zelada, Cafú, Aarón Padilla, Fernando Bustos, Carlos Salvador Bilardo, J. A. Schiaffino y Roberto Baggio.

Como año con año, los mensajes emotivos de los investidos y de sus familiares no se hicieron esperar para robarse los aplausos del público.

Arlindo dos Santos fue el primer investido. 

 

“Buenas noches, gracias a Dios y a la Virgen por estar aquí. Mis padres me enseñaron los valores de la vida. Agradezco a mi esposa por acompañarme en la vida”, dijo el brasileño.
 

Aarón Padilla Junior recibió el reconocimiento por su padre, quien por cuestiones de salud no pudo estar en Pachuca. 

 

“En representación de mi papá, es un día emotivo, decía que ojalá en vida me den esa oportunidad. Gracias compadre por tu amistad y ser el mejor amigo, gracias Pachuca por el premio”, fue el mensaje del hijo.
 

La siguiente investida fue Silvia Neid, considerada varias veces como la mejor entrenadora del mundo. 

 

“Es especial para mí entrar al Salón de la Fama. Yo siento que el futbol es fantástico, es un elemento para la cooperación para el mundo. Hay que impulsar el futbol femenil”, dijo Neid.
 

Enseguida fue investida, María Eugenia Peque Rubio, quien es la primera mujer mexicana que ingresa al Salón de la Fama.

Con breve mensaje agradeció a su familia y dedicó a su hermana el premio.

Carlos Salvador Bilardo, quien no pudo estar por temas de salud, fue presentado a su investidura por Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol.

De las personas que ya se adelantaron y recibieron su investidura, el primero de la noche fue el uruguayo Juan Alberto Schiaffino y Fernando Bustos.

Enseguida vino Roberto Rivelino para agradecer estar entre los más grandes en el Salón de la Fama, el brasileño fue corto pero directo al agradecer su investidura al balón más grande del mundo.

Miguel Mejía Barón fue investido, pero en un video explicó que los logros en el futbol son en equipo y decidió no venir a la ceremonia.

Roberto Baggio no acudió por compromisos debido a sus creencias en el Budismo. El italiano fue el mejor jugador del mundo en 1993.

Héctor Miguel Zelada, uno de los grandes porteros en la historia, fue el penúltimo investido de la noche. 

 

“El éxito es la suma de pequeños esfuerzos repetidos día a día, además de agradecer al Grupo Pachuca. Este reconocimiento es mi pasaporte al cielo”, dijo con lágrimas en los ojos Zelada.
 

El último investido fue Cafú, quien se dijo feliz por estar entre jugadores que han hecho historia en este deporte. 

 

“Poder representar a mí país es importante, trato de ayudar en Brasil con una fundación de 950 niños para formar buenos ciudadanos. Agradezco al pueblo mexicano todo el cariño que le dan a los brasileños”, dijo Cafú.
 

Con los 12 investidos de esta octava generación, ya son 120 los miembros del Balón.

La parte musical estuvo a cargo de Eugenia León, quien dio una muestra de su talento en el Gota de Plata, inició la ceremonia entonando el Himno Nacional.

Se confirmó que en abril de 2019 será la próxima votación en Madrid.

El narrador Emilio Fernando Alonso será quien haga la voz en cada premio a los investidos desde esta generación.

 

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