Honor, orgullo, dolor y pérdida se notaban en los ojos de la familia de Salvador Mendoza Hernández, bombero caído en cumplimiento del deber mientras intentaba controlar una fuga de hidrocarburo, provocada por toma clandestina la noche del domingo 14 de octubre en Atitalaquia.

Este día, familiares y amigos se reunieron para honrar el trabajo, pasión y entrega del subdirector de Protección Civil del municipio, quien deja un gran vacío en su familia, en el cuerpo de bomberos y en la sociedad.

A las 9:00 horas, familiares de Salvador Mendoza salieron de su casa para dirigirse a Atitalaquia, donde se realizó un primer homenaje por todos sus compañeros y amigos.

Dos horas más tarde, sus restos arribaron a las instalaciones de bomberos de Tula, donde se abrió el espacio para que cualquiera pudiera hacer guardia de honor al costado del féretro de Salvador Mendoza. Muchos de ellos amigos y conocidos, pero todos orgullosos de la labor que realiza el cuerpo de emergencia.

Su padre, quién también lleva el nombre de Salvador Mendoza, dijo sentirse orgulloso de su hijo, quien desde siempre estuvo comprometido con su labor y capacitación para servir de mejor manera a la sociedad.

Mendoza Hernández creció en una familia de bomberos. Su abuelo, tíos, padre, todos ellos dedicados a servir a la gente. Esa semilla también fue sembrada en su pequeño hijo de 15 años, quien este día vistió orgulloso su propio uniforme.

En las manos llevaba el casco de su padre y al lado suyo, su madre, quien vestía el uniforme de su esposo y un girasol en las manos.

Su padre contó que hace 15 años tuvo la desdicha de perder a otro de sus hijos, siempre comprometido con el servicio que él mismo realizó por algún tiempo.

También enalteció la labor de su hijo y de otros compañeros por formar el denominado Grupo Metropolitano de Protección Civil del Valle del Mezquital, el cual tuvo el objetivo de hacer que presidentes municipales se involucraran en las necesidades y carencias de Bomberos y Protección Civil.

Enojado, recalcó que a veces se pregunta si la ciudadanía reconoce todo el trabajo y esfuerzo que realizan los cuerpos de rescate.

En respuesta, una ciudadana de Atitalaquia contó que sí hay muchos que valoran lo que hacen los cuerpos de rescate y pidió a las autoridades mejores condiciones de trabajo para ellos.

Posteriormente, a pie, se trasladaron hasta la delegación de la Cruz Roja en Tula, mientras su familia lideraba el contingente y sus compañeros cargaban en hombros el féretro.

De la Cruz Roja, salió acompañado de bomberos de Tula, Atitalaquia, Alfajayucan, Tepetitlán, Tlahuelilpan, Estado de México, Actopan, Bomberos del estado de Hidalgo y otras corporaciones.

Al ser también parte de Cruz Roja, lo trasladaron en una ambulancia con las puertas abiertas y sus compañeros abrazados en señal de fraternidad.

A las 15:00 horas comenzó la ceremonia religiosa y, posteriormente, Salvador partirá a su última morada en el panteón de los Olivos, en Tula.

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