“Me dijo muy feliz: ¡ahorita regreso, voy a llevar la máquina!”, pero pasaron dos horas y Esperanza Mejía Mora no supo más de su hijo menor, quien la mañana del 2 de agosto salió de su casa con dirección a la mina de mármol en la comunidad Dengantzha.

Sus palabras denotan resignación y su rostro tristeza por la pérdida de uno de sus tres hijos. Sentada bajo una lona verde que la cubre del sol, recuerda el derrumbe que hace 15 días le arrebató a Ezequiel.  

Esperanza tiene 67 años y las canas cubren su largo cabello trenzado, largo, que llega a la mitad de su espalda.

Labios gruesos, nariz ancha, ceja poblada y ojos pequeños, rasgados, para ser precisos, dejan escapar lágrimas con el recuerdo de su hijo menor, quien murió en el derrumbe de la mina de mármol.

A Esperanza le agradan los sombreros grandes, que cubren su rostro, pero también le gusta llenar de plegarias a sus hijos Eder y Abel cuando se dirigen a rentar maquinaria en los bancos pétreos.

Mientras que a su otro hijo, el más pequeño, le gusta recordarlo en videos musicales y fotografías de las giras que realizaba en el país en compañía de su grupo musical norteño.  


 

“ERA MUY FELIZ MI HIJO”, CUENTA ESPERANZA 
De cariño su madre le decía “Cheque”, aunque su nombre era Ezequiel. Con 29 años decidió no dedicarse a la actividad minera que ejercen los pobladores en Dengantzha, comunidad de Francisco I. Madero.

Se alejó de las rocas enclavadas en montañas porque su vocación estaba en la música norteña, género musical que lo llevó a las playas de Veracruz y Oaxaca.

Sentada entre cuatro familias que compartían su pesar, Esperanza Mejía recordó con una ligera sonrisa a su hijo, la última persona que fue rescatada de entre las piedras por el derrumbe de hace 15 días.

La mañana del jueves 2 de agosto su hijo, el menor, salió para rentar la máquina de construcción familiar, la que tienen que prestar a cambio de dinero para ganarse la vida.

Dos horas después, a Esperanza le avisaron que la mina se había derrumbado.

“Yo dije: ¡Dios mío, en tus manos está la vida de mi hijo! Yo me quería ir a la mina, quería que mi hijo saliera, yo quería que cuando mi hijo saliera de ahí poder recibirlo, pero no fue así”.

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