Jonathan Morales García, presidente de la organización ambientalista Biofutura, aseguró que Hidalgo padece “un problema preocupante” con la tala clandestina y consideró que el gobierno debe tomar medidas de prevención.
En entrevista, el activista dijo que Hidalgo “se está convirtiendo en un potrero gigantesco” en la zona Otomí-Tepehua, mientras que en Jacala el problema es el tráfico de madera.
“Es un tema preocupante, no exagero, están convirtiendo a Hidalgo en un potrero gigantesco cuando no tenemos condiciones para tener vacas en aquella región, porque contamos con un suelo de rocas en toda la sierra madre oriental y no se da el pasto”.
Enfatizó que la intervención del gobierno estatal es importante, pues por un lado se motiva la ganadería, se deforesta el bosque y no hay desarrollo de cada zona de acuerdo con su vocación.
“Existen puntos muy conocidos, donde hay bandas organizadas y dedicadas al tráfico de madera, como en algunas partes de Jacala y como en Acaxochitlán, donde la autoridad ni nadie está dispuesto a meterse en la zona a poner orden”, dijo.
Sostuvo que esta y otras problemáticas ambientales se deben a que no hay una articulación real de trabajo entre las diferentes dependencias ambientales, organizaciones ni comunidades.
Señaló que representantes de localidades han acudido a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath) con la finalidad de denunciar el hecho pero no han tenido respuesta alguna.
Señaló que la zona forestal de Hidalgo tiene un severo problema y se debe actuar a la brevedad, pues aunque no se conoce a ciencia cierta el número de hectáreas deforestadas en la entidad, de no atenderse podría empeorar, comentó.
“Es relativamente fácil y a la vez complicado sacar el cálculo de deforestación, pero Hidalgo tiene 70 u 80 por ciento de transformación en su territorio, entones imaginemos el porcentaje de deforestación”, explicó.
