La indiferencia de la gente y el maltrato que sufren los perros en casas y calles motivaron a Margarita Núñez Campa a rescatar y cuidar esta especie a través del primer albergue canino que opera en la región de la Huasteca desde hace tres años.
Ella comenzó su labor en favor del llamado ‘mejor amigo del hombre’ con la adopción dos o tres cachorros que encontró en la calle abandonados; al pasar el tiempo, se convirtieron en más de 40 canes que son atendidos diariamente en sus necesidades de limpieza, alimentarias, médicas y de vacunación.

“La gente cree que tener un animalito es echarlo a la calle a buscar la comida, que busquen un refugio por allí si llueve, es injusto porque los animalitos también tienen sentimientos y pueden ser más fieles que algunos seres humanos”, comentó.
La mujer de tez morena y estatura baja agregó que mantener a los perros que llegan al refugio canino cuesta mucho porque a pesar de las carencias económicas que enfrenta, ellos comen dos veces al día; a pesar de esto, ella busca la manera de conseguir el sustento de quienes considera, forman parte de su familia.
“A la semana se van dos o tres bultos de alimento, les damos sopa con pollo, a veces tenemos el apoyo de personas que nos ayudan con algo aunque no es constante, lo que sí te digo que ellos deben comer y nosotros vemos la forma para que esto ocurra”, dijo.
Segura de la labor que lleva a cabo a favor de canes callejeros, desprotegidos y maltratados, ‘Magos Campa, la de los perros’, como es conocida por sus vecinos, agradece los apoyos económicos y en especie que le ofrecen algunas personas, mismos que son dirigidos a los animales y para cubrir gastos del veterinario que apoya esta labor.
“En este lugar aceptamos a todos los perros que son maltratados o violentados por su dueño o en la calle”, refirió. Recordó también que hace algunos días recogieron una hembra que fue tirada de una camioneta y otros dos más que ingresaron sin pelo al albergue, pero que gracias a los cuidados médicos y cariño que reciben en este espacio poco a poco se han recuperado.
“Estamos atendiendo una perrita que fue lanzada desde una camioneta en marcha, la recogimos con apoyo de Luz Aracely y la llevamos con el veterinario donde se va recuperando poco a poco”, precisó.
Para Magos Campa, cada uno de los perros que rescata de la calle son especiales, por lo que son bautizados de acuerdo a sus características físicas y temperamento.
“Para poner nombre a los perros tomamos en cuenta el lugar donde fueron encontrados, si es grande, pequeño, bravo o cariñoso, el nombre será pequeño y tierno, si el animal es dócil, no repito nombres, llegan y después se van adoptados, se van y no lo vuelvo a repetir; está Oso, Flaquita, Clarita, Chucky, Muñeca, infinidad de nombres”, mencionó.
El amor que le tiene a esta especie animal nació con ella; afirmó que tiene una conexión inexplicable con ellos, que cualquier cachorro que se encuentra en la calle la comienza a seguir, al grado que en ocasiones ha tenido problemas con sus dueños.
“A mí siempre me han gustado los perros, en casa nos inculcaron amor y respeto para ellos, me siguen y algunos vecinos hasta se enojan conmigo y ver el maltrato que sufren me acercó más a ellos”.
Como a cualquier ser querido, Magos Campa admitió que separarse de ellos le causa mucha tristeza y hasta llanto, pero también acepta que deben irse a otros hogares donde también les den amor y cariño para que otros lleguen a recuperarse de sus heridas y maltrato del que fueron víctimas.
“Me quedo llorando porque para mí son como mis hijos, los cuido por un tiempo, pero también sé que deben irse porque ellos merecen tener un hogar donde vivir y convivir con alguien que los cuide y quiera”.
La vida de Mago Campa, la de los perros, es de ir y venir tocando algunas puertas que le permitan seguir adelante con este albergue de perros abandonados o maltratados que “han encontrado en est
e espacio el cariño y amor que les negaron sus dueños originales y protección contra aquellas personas que se ensañan contra ellos nada más para satisfacer un ego interior que seguramente cada día los hace menos humanos”, concluyó.
