Ana y Lucía son hermanas pero esos no son sus verdaderos nombres aunque esta historia pasó la tarde noche del sábado, cuando una de ellas fue detenida acusada por la gerente de ventas de la tienda Aurrera del Palmar de robar un kilo de jamón y al no comprobárselo la detuvieron por supuestamente alterar el orden.
Una sudadera rosa cubre parte de su rostro moreno del frío. Hace unas horas que Ana acaba de salir de una intervención quirúrgica y espera fuera de la Secretaría de Seguridad Pública de Pachuca para que los policías traigan a su hermana.
Los guardias de la puerta impiden el paso mientras que la tarde poco a poco se convierte en oscuridad interrumpida por las luces de la ciudad, allá a lo lejos. Se ve preocupada porque en tránsito no le permitieron ver a su hermana.
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Durante entrevista con AM Hidalgo, Ana pide no publicar su nombre real y cuenta que después de que la dieron de alta en el hospital ella y su hermana fueron a la tienda para comprar artículos que necesitaban.
Muestra un papel blanco con pequeñas letras azules para garantizar que pagó 600 pesos en la caja de servicio. Cuando salía de la tienda la revisaron y a su hermana la detuvieron luego que el jefe de vigilancia aseguró que no pagó un kilo de jamón, lo cual no lograron comprobar.
Ana cayó cuando el encargado de vigilancia la empujó y en un instante alrededor de ella había diez policías.
Después la encargada de la tienda Aurrera del Palmar dijo que no la detuvieron por robar un kilo de jamón, sino por alterar el orden. La espera fuera de la secretaría, preguntar si puede salir con una fianza y saber que su hermana no cometió ninguna infracción.
La noche acicateó el frío. Primero pasó una patrulla con dos hombres con rostros oscuros sentados en la batea quizá acusados de otros delitos y luego dos vehículos. De repente Ana respira aliviada, dice ahí viene mi hermana y camina hacia ella. La luna trepa un cerro como un caramelo de Pachuca.
