Actualmente, el INAH tiene registrados 15 sitios rupestres en Tula; sin embargo, existen otros que en su momento no fueron incluidos por lo que la arqueóloga Martha García Sánchez realizará un inventario que permita saber cuántos, dónde y bajo qué condiciones se encuentran, con la finalidad de preservarlos.

El estudio comenzará a la brevedad y concluirá en diciembre de este año. La investigación se realizará con recursos del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y debe presentarse a revisión en enero de 2019 para que pueda ser consultada en febrero de ese mismo año.

PINTURAS Y PETROGRABADOS 
Durante los próximos meses se visitarán los sitios registrados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y se analizará la gráfica rupestre (pinturas y petrograbados) que ahí existen, bajo metodologías arqueológicas específicas, distintas a las que se usan para el estudio de los sitios monumentales.

Sobre todo porque “no se puede defender lo que no se conoce”; bajo este contexto, García Sánchez recalcó que de los 15 sitios rupestres, son pocos pobladores los que conocen más de dos, y aun así, la información que tienen sobre ellos es errónea.

Tal es el caso de los petrograbados ubicados en la colonia La Malinche, los cuales erróneamente se han vinculado con la leyenda de la reina Xóchitl; incluso al espacio se le conoce de esa manera de forma equivocada.

De esta deidad se tiene una pintura realizada por la pintora Alicia Prenton del siglo XIX, que refleja cómo se han deteriorado los petroglifos hasta el punto de que la cara ya no se nota, tampoco los diversos tocados; esta imagen será incluida en el resultado del estudio.

También aparecerá un análisis comparativo de las gráficas rupestres que existen en San Miguel de la Piedras, San Miguel Vindho, El Crestón, por mencionar algunos, con otros existentes en Hidalgo y otros estados, a bien de determinar relaciones sociales y arqueológicas.

Finalmente, la arqueóloga puntualizó que la información servirá para la preservación y cuidado de estos espacios, no solo por parte de las autoridades, sino también de la población misma que las grafitea.

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