Al son de “Tiene espinas el rosal”, del grupo Cañaveral, don Carlos esquivaba con movimientos ágiles, chispeantes y guapachosos cuanto carro pasaba en la avenida Revolución cada vez que el semáforo cambiaba a verde.

No perdía el ritmo, ni mucho menos soltaba el güiro que rasgueaba, de arriba hacia abajo, con un alambre con el que acompañaba el compás de la marimba y la batería que le ponían un sabor tropical a esa tarde de invierno.  


Foto:Y.Dávila

A unos metros, estaba su hermano Juan y su hija Lety (quien de vez en cuando toca la marimba). Le secundaban con dos otros güiros y aprovechaban para pedir “una cooperación para la música” a los transeúntes que paseaban en las inmediaciones del parque Juárez, en el centro de Pachuca.

Mientras, recargados en la pared de la primaria Presidente Alemán, estaban bien instalados sobre la acera peatonal Carlos (su otro hijo), quien le daba duro a los discos y tambores de la batería; y José Velasco, quien toca la marimba de madera. 

Ortíz Hernández, es la familia oriunda de la ciudad de Xalapa, Veracruz, pero con raíces hidalguenses, que integran el grupo “Marimba San José” que, cada que pueden, salen a la calle de Pachuca a ponerle ritmo a los instantes de vida.


Foto:Y.Dávila

Al principio “me daba mucha pena salir a tocar en la calle. Pensaba: ‘qué van a decir de mí’, pero ahora ya no me da pena, no estaba acostumbrado. Pero ahora es más la necesidad de llevar algo de dinero para que coma la familia”, dice el marimbero José, amigo de los Ortíz.

Mientras don Carlos y don Juan se fueron al Oxxo a comprar unos refrescos y comida, los músicos tomaban un descanso de tanto tocar, pues, sus jornadas diarias llegan a ser de siete horas.

“La idea de venirnos a Pachuca a tocar fue porque mis abuelos viven aquí. Entonces, nos dijeron que acá no habían visto mucho las marimbas; de ahí surgió la idea de venir a tocar en los eventos (bodas, XV años, bautizos y cumpleaños); sin embargo, no diario nos contratan y por eso salimos a tocar a la calle”, comentó Carlos junior.


Foto:Y.Dávila

Esto ocurrió hace dos años. El debut oficial de grupo musical itinerante fue a un costado del retorno de la Universidad Autónoma de Hidalgo (UAEH), sobre la carretera Pachuca-Tulancingo, en el municipio de Mineral de la Reforma.
 
“Le llamamos ‘charolear’ cuando andamos tocando en la calle. Es algo que no debe de darnos pena, pues no estamos robando”, agrega el joven Carlos de 16 años de edad, quien también toca la marimba. 

Aunque muchos piensan que la marimba es originaria de Veracruz, la realidad es que tiene su influencia africana, específicamente de la India; sin embargo, en américa este instrumento se recreó en Guatemala. 

“Aquí en México las marimbas se hacen en Tabasco, Chiapas y Veracruz de una especie de madera llamado ‘hormiguillo’, y los palos, igual de madera, son forrados con caucho que se saca de la sangre del árbol, así le decimos”, agrega José Velasco.

Tras unos minutos de charla se vislumbra a contra luz a don Carlos y don Juan cargando unas bolsas con los refrescos y algunas golosinas:

“Don Carlos, regálenos un minuto para que le haga una entrevista”, le pide el atrevido reportero. Sin embargo, como ya es costumbre, responde: “mejor vente más al rato; ahorita no, es que ya vamos a trabajar”.

Dicen que don Carlos se cohíbe con las entrevistas, por eso siempre las evade, pese a su buena desenvoltura escénica, entre los carros y transeúntes. 

En ese momento, tras darle un sorbo a su refresco de manzana, tomó el güiro y, como el director de la orquesta, inició el segundo turno musical de la Marimba San José.

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