Ni el intenso aire de Pachuca que rompía en su rostro detuvo a la señora María Gregoria Pérez Sánchez para caminar entre los comercios que están frente al mercado Primero de Mayo y conseguir la vestimenta ideal para su Niño Dios.
Lo llevó bajo el brazo, envuelto en una cobija de felpa y con menos de doscientos pesos se dispuso a buscar bajos precios y calidad.

Antes era común vestir de estambre a las representaciones del Niño Dios, pero lo de hoy es comprar ropones de bautizo con zapatos, calcetas y ropa interior, tal como visten a los niños al nacer.
Los puestos que se ubican en la Plaza Constitución han tenido que adaptarse a la demanda de los feligreses, con precios que oscilan entre 120 y hasta 800 pesos.
Cuando se trata de vender no hay límite de posibilidades, desde las que contemplan santos, profesiones y hasta equipos de futbol; sin embargo, María dice que no es correcto, toma su bolsa y molesta se dirige al siguiente puesto.

TIPOS DE VESTUARIOS
A sus 72 años, María no pierde la ilusión de llevar a su bebé (como ella lo llama) a la Basílica de Guadalupe en México, pues su madre le heredó esa tradición desde que tenía 15 años.
Con el cabello trenzado, blusa de lunares blancos y una larga capa que le cubre la espalda, observa insistentemente los más de 20 tipos de vestuarios.
“Ese que está ahí es San Benito, de ese vestí a mi bebé el año pasado”, dijo mientras continuaba su recorrido entre los brillantes y coloridos atuendos.

Algunos son denominados como niño de las palomas, abundancia, de los olivos, cáliz; unos hacen alusión a San Judas Tadeo, San Miguel Arcángel, el sagrado corazón, atocha y candelaria.
Otros son para pedir abundancia, fe y trabajo o hacer referencia a profesiones como cirujano; aunque los niños que representan al papa Francisco son de los más solicitados.
En el último puesto, María por fin encontró un traje a la medida de su niño, de estambre blanco y con detalles en color dorado.
Antes de despedirse, argumenta que el lugar no fue elegido por ella, sino por la representación del Niño Dios que carga en sus brazos.
