Cada quien llevó su tambora y su porra rodeado de los empujones y los gritos de sus simpatizantes que seguían al candidato con mantas cuyas frases de apoyo indicaban el municipio de procedencia: ese apoyo si se ve.

En la víspera fueron muchos los nombres de los posibles abanderados tricolores pero al final solo seis fueron los elegidos para el inicio del rito priista. Cinco diputaciones federales, una senaduría.

Llegaron en camiones rentados y acabaron con la tranquilidad de un sábado pachuqueño del bulevar Colosio, o descendieron de sus camionetas y con su fervor partidista gritaron sus frases hechas que utilizan durante cada proceso electoral aunque con nuevos nombres, “Sayo, Sayo”.

Lejos de la bulla, los priistas más viejos veían el espectáculo con cierto escepticismo y la prudencia que dan los años y los tropiezos y señalaron que en el distrito electoral Ixmiquilpan la elección no será nada fácil para el “partidazo”. 

Eso después, dijeron los más jóvenes, porque ayer era momento de ceremonia y fiesta, grito y tamborazo macizo, cómo no.

EUFÓRICOS
Fernando Moctezuma, Alfredo Bejos y Pedro Luis Noble Monterrubio aplaudieron a los futuros diputados federales en caso de que así lo decida el voto mayoritario de los electores de este estado todavía priista.

Los tres cumplieron con su función pero apoyaron con mayor vehemencia cuando Nuvia Mayorga inundó el lobby con más porras y señoras que grababan con su celular, quítese joven, de mujeres de tacón y peinado de base que querían tomar fotos como sea.

Laura Vargas sonríe sin un destino político claro, Luis Osorio dejó de ser el centro de atención de muchos que lo veían como el hermano del poderoso secretario de Gobernación, y desde un segundo piso el dirigente del PRI observa serio, ¿preocupado?, el registro de la ex comisionada de la CDI.

Entre los precandidatos hubo quien respetó las formas y mencionó en su discurso al gobernador del estado como al primer priista presente en todos los rincones de la sede tricolor y otros mejor prefirieron ensalzar a Miguel Osorio.

Nuvia fue la última en entregar su solicitud para ser candidata a senadora y se fue entre un remolino de tricolores que la seguía como abejas.

Sentados en las escaleras un grupo de priistas parecía preocupado y unos jóvenes divertidos dijeron entre risas: no importa que pierdan o ganen, no amarguen la fiesta.

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