Carlos “Papayita” Gurrola murió tras ingerir un suero contaminado con desengrasante en su trabajo, en Torreón. El hecho, denunciado por su familia como consecuencia de constantes agresiones y burlas en el centro laboral, volvió a colocar sobre la mesa un problema que afecta a millones de trabajadores en el país: el acoso laboral.

EL CASO

Carlos Gurrola, de 47 años, trabajaba como personal de limpieza subcontratado en una plaza comercial. De acuerdo con sus familiares, era víctima recurrente de hostigamiento por parte de compañeros: le robaban su “lonche”, le pinchaban las llantas de su bicicleta y lo amenazaban con despedirlo.

El 30 de agosto, al beber lo que pensó era su suero, ingirió un líquido con desengrasante que le provocó quemaduras internas y fallas orgánicas. Murió días después en un hospital del IMSS.

La Fiscalía de Coahuila investiga si se trató de un accidente o de un acto deliberado que derivaría en responsabilidades penales por homicidio.

CIFRAS DEL ACOSO LABORAL

El acoso o mobbing no es un hecho aislado. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) y datos de la Secretaría del Trabajo:

44 por ciento de trabajadores en México reconoce haber sufrido algún tipo de acoso laboral.

Entre las manifestaciones más frecuentes están los insultos, amenazas, discriminación por género, burlas, exclusión y sobrecarga de trabajo.

Se estima que cada año, miles de empleados renuncian a sus puestos debido a maltrato psicológico y hostigamiento constante.

La violencia laboral tiene mayor incidencia en mujeres, quienes además enfrentan un subregistro por miedo a represalias o a perder su empleo.

¿QUÉ HACER SI ERES VÍCTIMA?

Especialistas en derecho laboral recomiendan a las personas afectadas:

1. Documentar los hechos: llevar un registro de incidentes, fechas, testigos y mensajes.

2. Acudir a instancias internas: si la empresa cuenta con protocolos de atención, activarlos inmediatamente.

3. Buscar apoyo legal gratuito: la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet) ofrece asesoría sin costo al 800 911 7877.

4. Denunciar formalmente: presentar queja ante la Secretaría del Trabajo o, en casos graves (amenazas, lesiones o violencia de género), acudir al Ministerio Público.

5. Solicitar medidas de protección: cuando el acoso escale a violencia física o sexual, se puede activar la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

RETO INSTITUCIONAL

Aunque la Ley Federal del Trabajo contempla sanciones y obligaciones para patrones y empleadores, la aplicación es limitada. Muchos centros laborales carecen de protocolos claros, y el miedo a represalias mantiene en silencio a la mayoría de las víctimas.

El caso de Carlos Gurrola es un recordatorio de que el acoso laboral puede tener consecuencias fatales y que la omisión patronal también genera responsabilidades. La discusión social ahora gira en torno a si la justicia atenderá este hecho como un accidente aislado o como parte de una violencia sistemática que cobra vidas.

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