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El legado del exalcalde Sergio Baños sigue dando de qué hablar y no por buenas razones. La reciente denuncia en cabildo sobre la presunta falsificación de un sello oficial para justificar gastos en el Día del Policía deja en claro que, al menos en este caso, la administración anterior prefirió voltear la mirada antes que enfrentar un posible uso indebido de recursos públicos. Lo preocupante no es solo la sospecha sobre el sello, sino la omisión deliberada de actuar pese a estar informados.
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La explosión registrada en la colonia El Tezontle es recordatorio de que la seguridad en casa no es un lujo, sino una necesidad diaria. Revisar de forma periódica los tanques de gas, mangueras y conexiones, así como atender cualquier olor extraño de inmediato, puede marcar la diferencia entre un susto y una tragedia. En materia de prevención, más vale un minuto a tiempo que horas de lamentación.
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Mientras en Huejutla se discutían estrategias para fortalecer las administraciones municipales, seis alcaldes de la sierra y huasteca decidieron no aparecer, dejando claro que la coordinación regional no parece estar en su lista de prioridades. La ausencia de Juan de Dios Nochebuena, de Atlapexco; Francisca Lara, de Yahualica; Vanessa Mejía, de Huazalingo; Gabino Hernández Vite, de Tlanchinol; Jorge Alberto Hernández, de Huautla; y Érika Hernández, de Xochiatipan, contrasta con la relevancia de los temas tratados: desde mejorar la recaudación hasta impulsar la transparencia y gestionar recursos para 2026.
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La reunión de las Jornadas por la Paz en Tula de Allende dejó claro que la Secretaría de Gobierno, encabezada por Guillermo Olivares Reyna, escucha y responde a la gente. Su mensaje fue directo: nadie por encima de la ley y cero tolerancia a la colusión con la delincuencia. Su presencia en territorio y el compromiso de volver con soluciones transmiten una señal de que la seguridad y el bienestar no se atienden desde un escritorio.
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Tras el caso del alcalde de Ixmiquilpan, Emanuel Hernández, es necesario que funcionarios públicos que asistan a ferias y eventos recuerden que no están ahí solo para posar ante las cámaras o buscar el momento viral, sino para comportarse a la altura de la investidura que representan. No se trata de coartar la alegría ni la cercanía con la gente, sino de entender que cada palabra, gesto y actitud en público envía un mensaje sobre su compromiso con la ciudadanía. La gente espera respeto, seriedad y trabajo, no espectáculos improvisados.
