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Vaya que Emanuel Hernández Pascual, alcalde de Ixmiquilpan, parece empeñado en tirar por la borda el capital político que de alguna manera construyó. Pasó de ser visto como un refresco de confianza tras gobiernos criticables, a convertirse en protagonista de sospechas de corrupción, desplantes a medios y espectáculos indignos de su cargo. Lo de bailar con cerveza en la cabeza al ritmo de narcocorridos podrá ser muy divertido en lo privado, pero en un evento público solo alimenta la percepción de falta de seriedad.

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El pleito entre Miguel Tello y Marco Antonio Mendoza por el presunto adeudo del PRI en Pachuca dejó claro que la discusión ya se salió del terreno administrativo para instalarse en el ring político. Entre acusaciones de espionaje, filtraciones de chats y descalificaciones públicas, lo que más se echa en falta son pronunciamientos serios que aclaren si hubo o no irregularidades. Sin información oficial y verificable, todo quedará en un intercambio de dardos.

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A propósito del pleito Tello-Mendoza, el gobernador Julio Menchaca mostró mano firme y sensatez al pedirle a su propio funcionario que cuide su comportamiento en redes sociales. El llamado a la prudencia y al uso responsable de las plataformas digitales es un recordatorio de que los servidores públicos representan a la administración incluso fuera de las oficinas.

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No hay forma de entender al gobierno local de Tulancingo, dice la población, ya que han repetido en varias ocasiones sobre supuesto apoyo a lo local, pero la feria que está por concluir el domingo fue concesionada a la empresa Herca que, se sabe, es de Cuautepec de Hinojosa, además que contrataron a una pintora de Pachuca para hacer el mural de la entrada principal de la Expo. ¿Y el apoyo a los de casa?

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También en Tulancingo, las y los emprendedores nada más no tienen forma de comercializar debido a que en esta administración niegan los permisos. En el Club de Leones hacían ventas de temporada en apoyo a las personas y así podían adquirir y donar sillas de ruedas, por mencionar algo. Qué decir de la Mercadita Morada que ayudaba a mujeres en su economía, pues ya nada.

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