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El gobernador Julio Menchaca mantiene el diálogo con el magisterio y se muestra abierto a fortalecer la educación en Hidalgo. Sin embargo, sería ideal que el secretario Said Vargas aprovechara estos encuentros no solo para tomarse la foto y hablar en generalidades, sino para plantear con claridad los retos reales que enfrentan las y los docentes en las aulas. Porque hablar “hombro a hombro” suena bien, pero lo importante es que el magisterio vea resultados, no sólo más discursos.
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Por más discursos que hable de derechos humanos, la gestión de Ana Karen Parra al frente de la CDHEH parece más ocupada en la forma que en el fondo. Ya van dos veces que colectivos y familiares de víctimas piden su renuncia, y esta vez llegaron con denuncias formales, cifras concretas y señalamientos que no son menores. Exponer a menores en redes, omitir casos graves y hasta caricaturizar la migración son cosas que no se pueden ignorar en una institución que debería ser ejemplo de sensibilidad y legalidad. Ojalá que esta presión sirva para que se tome en serio el trabajo.
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Si queremos evitar inundaciones y mantener limpio nuestro entorno, no basta con quejarse en redes: toca poner de nuestra parte. El video de personas arrojando basura y escombro al Río Sosa en Mineral de la Reforma es una muestra de cómo algunos todavía no entienden que tirar desechos en la vía pública no solo es irresponsable, también nos pone en riesgo a todos durante la temporada de lluvias. Cuidar la ciudad también es tarea de la ciudadanía.
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Si los transportistas de la ruta 108 ya saben que son los más señalados por incumplimientos, accidentes y malas prácticas, ¿qué están esperando para ponerse en regla? No es posible que sigan cargando gasolina con pasajeros, circulando sin tarjetón o protagonizando pleitos y hasta tragedias. La responsabilidad es suya, aunque la autoridad también debe apretar más: la secretaria Lyzbeth Robles dice que los va a invitar a dialogar, pero cuando se trata de seguridad, el reglamento no se negocia, se cumple.
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Tal parece que la agresión a un docente en la Universidad Politécnica de Tulancingo va mucho más allá de un video viral: pues ya se asoma una cadena de omisiones y silencios que no pueden seguir siendo la norma. La Colectiva Mujeres del Tule alzó la voz por las alumnas que han sido víctimas de acoso y exige protocolos claros, la atención institucional sigue centrada en el caso de violencia cometido por un estudiante, pero ¿y las denuncias previas? Las universidades deben ser espacios seguros, no terrenos donde se normalice la violencia, ya sea física o simbólica. Urge una respuesta que no llegue solo cuando los golpes aparecen en redes.
