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El gobernador Julio Menchaca regresó a Tlahuiltepa, una de las regiones más apartadas de Hidalgo, para cumplir su palabra y llevar apoyos concretos a quienes más lo necesitan. Su visita no solo refuerza el compromiso con el campo y las mujeres rurales, sino que demuestra que la política también puede tener rostro humano, como lo refleja la emotiva entrega de aves a doña Carmela. Con acciones directas, sin intermediarios, se dan pasos firmes para que el tan anhelado “piso parejo” empiece a sentirse, incluso en los rincones más olvidados del estado.
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La toma de decisiones desde el territorio y no sólo desde el escritorio es, sin duda, una bocanada de aire fresco para la planeación en Hidalgo. Durante la primera sesión del Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado de Hidalgo se destacó que escuchar directamente a la gente ha permitido ajustar el rumbo y avanzar con proyectos que realmente impactan a las comunidades. Si a esto se suma una inversión federal histórica y una buena coordinación entre gobiernos y poderes, el reto ahora será mantener el ritmo, priorizando siempre eficiencia, cercanía y transparencia. Porque diseñar un nuevo Hidalgo no es tarea de unos pocos, sino un esfuerzo colectivo bien encaminado.
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Luego de varias quejas la Operadora de Eventos del Estado de Hidalgo corrigió la información y publicó los precios finales de los boletos del Palenque, el tropiezo inicial con listas confusas no deja de evidenciar cierta falta de coordinación. Para un evento de esta magnitud, es clave tener claridad desde el inicio, especialmente cuando se trata del bolsillo de los asistentes. Que haya sido necesaria la intervención de la Odeco para algo tan básico como transparentar precios no deja a la OEEH en la mejor posición.
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Aunque la secretaria Lyzbeth Robles insiste en que los operativos de transporte no vulneran derechos, su postura ha dejado cierto mal sabor entre varios taxistas que sienten que las revisiones se vuelven más hostiles que preventivas. Si bien la seguridad es prioridad, desestimar el malestar del gremio como simple “anonimato” puede ser una señal de desconexión con la realidad en las calles. En lugar de minimizar las quejas, la Semot podría optar por un enfoque más empático y menos defensivo.
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El video que circuló en redes sobre la agresión a un ciclista en el centro de Tulancingo es un triste recordatorio de lo que no debe pasar en la vía pública: que un percance vial termine en violencia física. Es comprensible que los ánimos se caldeen tras un accidente, pero recurrir a los golpes nunca será la solución. La ciudadanía debe mantener la calma y las autoridades tienen la responsabilidad de garantizar que hechos como este no queden impunes, enviando un mensaje claro: en la calle, la ley debe prevalecer sobre la furia.
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