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Percy parece estar acumulando más problemas que argumentos de defensa. No bastaba con enfrentar una denuncia por abuso sexual agravado, ahora también carga con una acusación por el presunto desvío de 77 millones de pesos del fondo de préstamos sindicales. Durante casi dos décadas al frente del SUTSMP, el dirigente operó un esquema que, según la alcaldía de Pachuca, se asemejaba a una caja de ahorro… pero sin rendir cuentas claras. Y aunque aún falta revisar más ejercicios fiscales, lo encontrado hasta ahora no deja bien parado al veterano líder, que tendrá que explicar en qué momento la defensa de los derechos laborales se confundió con la administración opaca de recursos públicos.
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Cuando se trata de revisar cómo se gasta el dinero público, Hidalgo puede presumir de salir con la cara limpia. Ni un solo peso observado por la Auditoría Superior de la Federación y más de 7 mil millones de pesos bien justificados colocan a la entidad en una posición envidiable frente al resto del país. No está de más reconocer que, en un panorama donde lo común son los desvíos, las “inconsistencias” y los eternos pendientes por solventar, un resultado así por parte del gobierno encabezado por Julio Menchaca es más que notable.
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Cuando un presidente empresarial falta más que las soluciones a los conflictos internos, tarde o temprano se le pasa la factura. Luis Miguel Escudero Hernández quedó fuera como consejero del Consejo Coordinador Empresarial de Hidalgo por acumular tres inasistencias seguidas sin justificar, aunque sigue aferrado a la presidencia de la Canaco Pachuca… al menos mientras la Secretaría de Economía no diga lo contrario. Mientras tanto, en la cámara de comercio la unidad brilla por su ausencia y los grupos inconformes siguen creciendo. El llamado al diálogo ya está hecho, pero si el asunto no se aclara pronto, la agenda empresarial corre el riesgo de más cuarteaduras.
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Primero dijo que no había de qué preocuparse y que todo estaba bajo control, pero bastaron unas lluvias fuertes para que el arroyo Pallares se desbordara y afectara a varias comunidades de Ixmiquilpan. El alcalde Emanuel Hernández tuvo que recular ante lo evidente, mientras su equipo hacía lo que siempre se debe hacer: limpiar, desazolvar y atender la emergencia. Tal vez convendría que antes de pedir calma, se evalúe bien el riesgo… y que las alertas se den a tiempo, no después del agua.
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Otra vez los animales pagan los platos rotos de una sociedad que aún no entiende el respeto por la vida. Los recientes casos de envenenamiento de perros en El Huixmí y Cuautepec no solo indignan, también evidencian que las leyes por sí solas no bastan si no van acompañadas de voluntad para aplicarlas y cultura para respetarlas. Mientras las autoridades apenas reaccionan y la impunidad campea, los agresores siguen actuando como si nada. Urge pasar del discurso a la acción, porque la crueldad no se combate con comunicados, sino con justicia.
