Otro 10 de mayo más, en el que se supone que todo es perfecto: el regalo de mamá, el festival del colegio, la comida de celebración, los abrazos, las serenatas, en fin, todo esmeradamente planeado para rendir homenaje a esa figura que, por siglos, se ha romantizado hasta el cansancio. Pero lo cierto es que no todas las madres despiertan hoy entre abrazos, flores y desayunos sorpresa.

Hay quienes ni siquiera saben que se festeja, y no porque lo hayan olvidado, sino porque simplemente no tienen espacio en su cabeza ni en su corazón para marcarlo como especial. Están ocupadas resolviendo la vida, resistiendo con lo que tienen, enfrentando rutinas agotadoras o luchas silenciosas. Para ellas, hoy es un día de tantos días, donde hay que seguir funcionando, en medio del caos para unas, en carencia monetaria y emocional para otras y honestamente también están las mamás que la fecha les estresa y no les interesa, pero que la mercadotecnia juega ese papel avasallador que obliga casi por inercia a tener un gran festejo. Para esas mamás, deseo que esta columna sea un abrazo. Para las mamás reales, las cansadas, las que no se sienten suficientes, les dedico este escrito. Y aunque estas palabras parezcan pesimistas, créanme que estoy hablando por muchas, las he escuchado y leído, pero sobre todo he entendido su sentir, no para todas estas fechas significa lo mismo, hoy más que nunca estoy convencida de que la maternidad no necesita envoltura de regalo, ni la foto idónea, la maternidad es valiosa por sí misma.

Y es que el problema no es la celebración, sino la obligación de encajar en un molde: el de la madre que siempre sonríe, que todo lo puede, que todo lo agradece, una expectativa que pesa, y mucho. Porque hay maternidades que duelen, que agotan, que se viven sin descanso. Y eso también es ser mamá, a pesar de todo, con mil dudas, con miedo de hacerlo mal, con el corazón a veces roto y otras veces desbordado. Educando con amor, con agobio y en ocasiones con culpa, esa que susurra que se debería estar haciendo más, siendo más, dando más, un sentimiento totalmente equivocado, porque cada una en su propia realidad y circunstancias, siempre será suficiente, desde el amor, incluso cuando sienten ya no poder más, créanme siempre pueden.

Aunado a esto, existen aquellas mamás que enfrentan un silencio más duro: el de un hijo que no quiere celebrar, que se muestra indiferente, que no envía mensaje, que no llama, que no corre a abrazarla, y eso duele, no te sientas la única. No te castigues. No eres una mala madre por no tener una postal perfecta de este día. Hay lazos que se tejen distinto, que requieren pausas, pero que no definen el valor de lo que has dado.

Y no olvidemos a esas otras mujeres, las que ni siquiera tienen tiempo de preguntarse si están siendo buenas madres, porque están forzadas a sobrevivir. Las que caminan kilómetros con su hija en brazos para llegar a una consulta. Las que no tienen celular para recibir felicitaciones, ni zapatos cómodos para recorrer sus jornadas. Las que viven en la sombra de la marginación, donde no llegan ni los globos metálicos ni los discursos bonitos. Ellas crían en silencio, con lo que tienen, con lo que pueden, con lo que les queda. Y, aun así, aman. A su modo, sin manuales, sin lujos, sin likes, en un acto de resistencia y de lucha diaria.

Por eso, este 10 de mayo, más que flores o aplausos, habría que ofrecer respeto. Reconocer que la maternidad no es igual para todas, que no todas tienen opción de celebrarse o sentirse celebradas. Que ser madre también es levantarse sin fuerzas y aun así seguir, la mayoría de las veces es dar sin recibir, es resistir sin testigos. Porque incluso cuando el mundo se olvida de ellas, las madres no se olvidan de amar.

Celebremos, sí, pero con conciencia, con espacio para todas las maternidades: las visibles y las invisibles, las acompañadas y las solas, las que ríen y las que duelen. Porque ser madre no siempre se festeja, pero siempre merece ser honrada.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *