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Con razón las calles de Pachuca estaban olvidadas… el exalcalde Sergio Baños parece que prefirió cenar a todo lujo con recursos públicos antes que invertir en obras o servicios para la ciudad. ¿3.3 millones de pesos en dos cenas? ¡Ni en banquete de boda real! Y todavía con adjudicación directa y sobreprecio. Ahora sí que la austeridad pasó de largo por su oficina, mientras decía que no había dinero para nada. Al menos el cabildo ya puso manos a la obra para investigar tanto despilfarro… aunque seguro a más de uno se le atoró el postre.
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Dirigente sindical en el ayuntamiento de Pachuca pasó de ser cercano al poder durante las elecciones a atacar con calumnias a quienes exigen transparencia. Rechaza la rendición de cuentas, difunde imágenes manipuladas y evita procesos democráticos dentro del sindicato. Protege la secrecía sindical para ocultar presuntos abusos, manejo opaco de recursos y posible enriquecimiento ilícito. Su temor no es a la fiscalización, sino a perder el control de un gremio que convirtió en plataforma personal para intereses propios.
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El tema de los taxis por aplicación en Pachuca sigue más vivo que nunca, y ahora con tintes de telenovela legal. “Nos quieren fuera, pero no nos vamos”, clama Pronto en redes sociales, mientras la Semot afila sus multas (y hasta penas de cárcel) como espada en mano. Entre apps que ofrecen servicio sin concesión y autoridades que no dan marcha atrás, lo cierto es que la batalla apenas comienza. Y mientras tanto, los usuarios, como siempre, solo quieren llegar a tiempo… y sin tanto drama.
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Bien por el ayuntamiento de Tulancingo, que esta semana se ganó los aplausos al aprobar la minuta que reconoce a los animales como seres sintientes, un paso clave para dejar atrás la visión de “cosas con patas”. Ahora, como bien señalan las personas protectoras, el siguiente paso es que no quede solo en buenas intenciones: hay que difundir las sanciones y aplicarlas sin titubeos. Porque de poco sirve el reconocimiento si quienes maltratan siguen saliéndose con la suya.
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¡Embrollo en Atitalaquia con El Güero! Ahora el gobierno municipal no solo tiene que investigar el maltrato animal, sino también demostrar que no suplantaron al perrito con tal de calmar los ánimos. Y es que entre las fotos que no cuadran y las dudas de activistas y ciudadanía, a la alcaldía le toca algo más que sólo publicar en redes: deberá comprobar que el lomito rescatado es realmente el de la denuncia. Porque si algo nos queda claro, es que con los animalitos no se juega… y menos cuando hay video de por medio.
