Sin lugar a dudas uno de los refranes más famosos que conocemos es: “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, y es que seguramente más de una vez nos lo han aplicado para convencernos de realizar alguna actividad de cualquier naturaleza, pero principalmente aquellas en el aspecto laboral que nos cuesta bastante trabajo iniciar y que por decidía no efectuamos. Quizá por lo complicado que resulta, porque no nos interesa del todo o no tenemos una idea del por qué no la realizamos a sabiendas de que debemos hacerla.

La Procrastinación no se limita solo al ámbito laboral; también puede afectar muchas otras áreas de nuestra vida. En esencia se refiere a posponer tareas, nos damos 5 minutos para levantarnos de la cama, 10 minutos más en la redes sociales, el lunes empiezo la dieta, mañana hago ejercicio, en fin un sin números de justificaciones sin percatarnos que a quienes le estamos robando tiempo de vida es a nosotros mismos, parece inofensivo ¿cierto?, pero si es un actuar constante en nuestros días y los pendientes se acumulan por esta falta de decisión, sin pensar que la calidad de nuestra labor, nuestra salud o todo aquello que tenga que ver con lo que estamos posponiendo se ve afectado, los resultados no serán iguales. Al dejar las cosas para el último momento, a menudo terminamos entregando algo que no refleja nuestro verdadero potencial, nuestro esfuerzo bajo presión y desgaste otorga estrés, baja productividad y se vuelve un círculo vicioso que se alimenta de sí mismo.

¿Pero qué hay detrás de esta falta de acción?, en ocasiones asumimos que es parte de nuestra personalidad, seguramente, pero hay aspectos que debemos considerar, las emociones, que sentir nos genera realizar cierta actividad que nos lleva a postergarla y no darle prioridad, pasamos por alto las emociones, es decir, que tan motivados estamos para efectuar una tarea, o  quizá pueda ser miedo a fracasar en la encomienda, lo que nos lleva a un estado de angustia, ansiedad nerviosísimo, no es sencillo, porque primero debemos reconocer la tardanza para hacer algo, ser honestos y explorar la forma en que reaccionamos ante ciertas responsabilidades e identificar que la Procrastinación puede ser una forma de evitar el malestar emocional momentáneo, porque sí o sí llega el instante de accionar. Y justo este punto es importante porque algunas teorías sugieren que procrastinar surge de no saber por dónde empezar, y otra más sobre la pericia de gestionar el tiempo, ambas paralizan.

Con todo el panorama en contra, con la confusión y e incertidumbre, hay un instante mágico, un punto de inflexión que puede cambiar el rumbo de nuestras acciones, cuando dejamos de aplazar nuestro deber, la mente se despeja y las prioridades se alinean. Este cambio requiere de una combinación de autoconocimiento, motivación y, a veces, un pequeño empujón externo, caen los obstáculos y aparece la proactividad, esa iniciativa que tardó en aparecer, dando paso a la responsabilidad activa.

La voluntad humana juega un papel fundamental, acompañada de autocompasión, autocontrol y decisión, un proceso complicado de entender a simple vista, porque a pesar de que la Procrastinación aparezca en repetidas ocasiones es importante no identificarla como una característica propia, abandonar la idea de que bajo presión trabajamos mejor o logramos lo que queremos de último momento, no funciona tal cual, es necesario convertir la inercia en impulso y la duda en motivación; dar ese primer paso que modificara todo, es la oportunidad de avanzar y cumplir aprendiendo dar un mejor manejo a la indecisión, es posible acudir a algunas estrategias, por ejemplo tener metas, otorgar mayor valor a lo que hacemos y a los resultados, trabajar en un espacio confortable, buscar musas que inspiren, pueden venir de las palabras de algún amigo, de un jefe o un autohalago es válido o incluso la simple satisfacción de completar algo que hemos estado evitando.

Al final, es un viaje hacia la productividad y el crecimiento personal, donde cada pequeño avance cuenta, no dejar las cosas para después es el punto de partida.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *