***
La presentación del Plan México por parte de Claudia Sheinbaum busca fortalecer la economía nacional con empleo, desarrollo industrial y reducción de la desigualdad. En lo que va del sexenio la colaboración entre Sheinbaum y Julio Menchaca ha sido clave, pues ambos han demostrado mantener una buena relación para impulsar a Hidalgo con proyectos estratégicos. El gobernador sigue moviendo las piezas adecuadas para que el estado no se quede fuera de la jugada, aprovechando cada oportunidad para atraer inversiones y mejorar la calidad de vida de la población.
***
¡A sacar las palas y escobas! Parece que en Huasca de Ocampo andan con todo para dejar el municipio reluciente antes de Semana Santa. El alcalde de Pachuca Jorge Reyes parece que encontró la fórmula: faenas populares que además de limpiar, unen a la comunidad. A ver si ahora sí, con tanto entusiasmo, hasta las banquetas quedan brillando y ojalá que más gobiernos municipales repliquen la medida.
***
¡Otra vez caos vial en Pachuca! Esta vez fueron los antorchistas quienes decidieron poner a prueba la paciencia de todos al recorrer la México-Pachuca y varias avenidas de la capital hidalguense. Aunque el derecho a la protesta es fundamental y debe ser respetado, muchos ciudadanos enojados los increparon por afectar a quienes nada tienen que ver con sus demandas. Eso sí, parece que el tránsito paralizado ya es parte del pan nuestro de cada día.
***
Hay quejas sobre que Protección Civil de Tulancingo no hace bien su trabajo, lo más reciente es que a inicios de semana dejaron la carga que cayó del tráiler que volcó en el corredor vial San José y el polvo ya ha causado daños a la salud, dicen vecinos del lugar; además, cuando se levanta genera una especie de neblina que quita visibilidad a conductores, lo que puede crear más accidentes.
***
Buscar justicia por propia mano es como querer apagar un incendio con gasolina. El caso de la adulta mayor en el Estado de México y el intento de linchamiento en Tulancingo son recordatorios de que la justicia debe ser ejercida por las autoridades, no por personas ni multitudes enardecidas. Claro, la indignación es entendible, pero eso de tomarse la ley en las manos no acaba bien y en varias ocasiones ha cobrado la vida de inocentes. Mejor exigir que las autoridades hagan su trabajo y no dejar que la rabia se convierta en caos.
