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Julio Menchaca va por buen camino en lo que respecta a la infraestructura vial de Hidalgo, la propia Claudia Sheinbaum reconoció su esfuerzo, aunque también dejó claro que dos años no son suficientes para corregir décadas de abandono. Eso sí, el reto sigue en pie, porque mientras algunos caminos ya están en proceso de mejora, otros siguen siendo aventuras todoterreno para los habitantes. Ojalá que esta coordinación con el gobierno federal se traduzca en más carreteras y menos baches.

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Alrededor de un millón de pesos costará limpiar el Reloj Monumental de Pachuca, mientras inician los trabajos de restauración, el alcalde Jorge Reyes insistió en que el derecho a la manifestación es prioridad, aunque también se reconoce el impacto en el patrimonio de la ciudad. Ojalá que llegue el día en que no haya nada que limpiar, porque significará que la seguridad y el bienestar de las mujeres dejaron de ser una deuda pendiente.

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El caos en los verificentros de Pachuca ya es todo un reto digno de paciencia extrema. No sólo colapsan por la alta demanda, sino que hasta se quedan sin luz, dejando a los automovilistas con sus citas programadas y sin poder verificar sus vehículos. Y si por fin logras llegar a otro centro, te enfrentas a una fila de usuarios igual de frustrados. Lo peor es cuando rechazan autos recién salidos de agencia sin una explicación clara, mientras en la concesionaria te aseguran que el coche está en perfectas condiciones. Al final, parece que lo único que sí funciona con eficiencia es el dolor de cabeza que genera este trámite.

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Ahora sí, tirar basura en Pachuca puede salir más caro que una despensa completa. Con el nuevo reglamento, quien sea sorprendido ensuciando las calles podría pagar hasta 16 mil 971 pesos o terminar recogiendo desechos como castigo comunitario. Así que más vale pensarlo dos veces antes de “olvidar” la envoltura del tamal en la banqueta. La medida suena bien para combatir la suciedad, aunque habrá que ver si realmente se aplica parejo o solo se queda en papel.

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En México, el feminismo enfrenta el reto de no caer en el hembrismo. Al excluir voces y polarizar el debate se distancia de su propósito original de equidad. La lucha debe ser inclusiva y autocrítica, construyendo puentes en lugar de muros para transformar la pasión en un diálogo que fomente una justicia social genuina.

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