Se ha marchado el último de los crooners. Este viernes 21 de julio, ha fallecido una figura histórica de la cultura popular norteamericana del siglo XX: el gran Tony Bennett. Él, un neoyorquino por excelencia, dueño de un estilo único, de una incomparable voz.

Mientras escribo estas líneas, le escucho. Para mí, es habitual escribir escuchando a Tony Bennett. Su interpretación, siempre me remitía a atmósferas cinematográficas. Quizá por que así le descubrí, fue en la película “Goodfellas” (Buenos muchachos), de Martin Scorsese, con los temas “Rags to Richies” y “The Boulevard of Broken Dreams”.

La relación de Tony Bennett es amplia. Entre programas de TV y películas, ostenta 161 créditos, solo de temas interpretados por él. Las escenas que usaron su voz, se volvieron memorables. Al igual que sus apariciones, incluida la que tuvo en versión de dibujo animado en Los Simpson, en dos distintas temporadas, la segunda y la decimocuarta.

Tony Bennett, parecía una figura eterna. Su talento nunca tuvo fecha de caducidad. La industria de Hollywood, siempre lo mantuvo vigente. Desde los años 60, hasta la actualidad. La música de este gigante intérprete, sobrepasó modas, tendencias, ritmos. Sus canciones nunca se asociaron a un género cinematográfico en particular, su armoniosa voz está plasmada en todo tipo de historias, desde comedias ligeras como “Analízame”, hasta dramas crudos como “Toro salvaje”.

Su vida personal también es totalmente cinematográfica. Amigo de Frank Sinatra, quien le impulsó en el principio de su carrera. Cercano también, de grandes capos de la mafia neoyorquina como Sam Giancana y Carlo Gambino. De película.

Su primera incursión significativa en la música para cine se produjo con la película “The Oscar” (1966), donde interpretó la canción “The Right to Love”. Tony Bennett dejó su marca en otras películas clásicas, como “An American in Paris” (1951) con su interpretación de “I Left My Heart in San Francisco,” y en “Casino” (1995) con la extraordinaria melodía “Who Can I Turn To”. La capacidad de Bennett para interpretar canciones con sentimiento y pasión le permitió conectar con los guionistas y directores de distintas épocas, para crear momentos memorables en la gran pantalla.

Tony Bennett, también era amante del buen cine, contaba entre sus películas favoritas a obras maestras del séptimo arte: “Ciudadano Kane”; “The Kid”; “Tiempos modernos”; “El tesoro de la Sierra Madre”.

Siempre será un deleite escuchar la voz de Tony Bennett, siempre será un placer ver alguna escena enriquecida por su música. Él, ya era leyenda, hoy, se convierte en inmortal.

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