En los últimos días, Disney ha sido noticia, rara noticia. Esto debido a la reciente renuncia de Latondra Newton a su puesto como directora de diversidad y vicepresidenta senior, en la compañía de entretenimiento más grande del mundo.

¿Por qué menciono que es una noticia rara? Por el manejo mediático que ha tenido. Los primeros reportes mencionaban que la salida de la encargada de manejar temas y contenidos en esa empresa se debía a un despido por los resultados adversos en las taquillas de los cines y en el streaming. Después, la misma Latondra Newton aseguraba que ella había renunciado.

El mal manejo ante la prensa de esa situación ha abierto un debate público sobre los productos cinematográficos que ha lanzado Disney en los últimos años, en los que pretende mostrar una postura inclusiva, respecto a aspectos como género y raza. Entonces, el cuestionamiento es inminente. ¿Es la inclusión en Disney avance en el tema o estrategia de mercado?

La inclusión se ha convertido en una temática recurrente en muchas películas, no solo las de Disney, abordando cuestiones de género, raza. Si bien la intención de fomentar la igualdad y representar la diversidad en sus distintas facetas es loable, algunos críticos argumentan que esta inclusión se está volviendo forzada y más centrada en el aspecto comercial que en una verdadera representación auténtica. La sirenita, de reciente estreno, es un ejemplo de este debate.

Si bien la idea de reinventar estas historias para reflejar una sociedad más plural y diversa es positiva, en ocasiones se siente como si las compañías productoras y estudios cinematográficos estuvieran cumpliendo con una lista de verificación de inclusión. Los personajes que han sido modificados para encajar en ciertos estándares de inclusión a veces carecen de profundidad y parecen existir solo para cumplir con una agenda.

La inclusión no debe limitarse a cumplir con una cuota, sino que debe ser una herramienta para promover la empatía, la comprensión y el respeto. Títulos como Mulan, Lightyear, Black Widow, la miniserie She Hulk, entre otros tantos, estuvieron a cargo de Latondra Newton, con mediano y en algunos casos, poco éxito comercial. Y no hubo impacto en el público respecto a la empatía inclusiva.

No basta presentar personajes LGTB, latinos, asiáticos, etc., en las historias cinematográficas. Lo que hace falta es que en Hollywood se muestren personajes y narrativas que representen un equilibrio entre la inclusión y las posibilidades de mercado. En el futuro cercano seguramente vamos a ver planteamientos diferentes, más inteligentes en los manejos sobre inclusión y diversidad en el cine.

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