Es costumbre cada inicio de año plantearse metas para concretarlas durante el transcurso de los próximos doce meses y se enumeran los deseos con la finalidad de procurar un mejor futuro tanto personal y colectivo.

Así nuestras autoridades en teoría se fijan tareas urgentes que por desidia o incapacidad dejan en el olvido en detrimento de sus gobernados pero que ahora sí, como cada nuevo ciclo, hay tiempo y recursos suficientes para cumplirlas.

De esta forma un primer objetivo de la presidencia municipal de Pachuca es rescatar el centro histórico capitalino que permanece destruido en sus plazas y calles, lleno de basura y en penumbras.

Baches, luminarias inservibles, inseguridad, crecimiento del comercio informal en detrimento de los locatarios establecidos son parte de los problemas que el alcalde Sergio Baños tiene que acabar, por lo menos disminuir, como deseo de un buen gobierno municipal.

Incluso que la obra pública y los programas sociales lleguen a los barrios olvidados que solo aparecen en las fotos del candidato en turno. 

Parece que ese deseo de inicio de año no está en la lista del presidente municipal, quien, en el ámbito personal si tuvo mejoría pues adquirió un coche de la marca alemana Porsche, según su declaración patrimonial.

En el ámbito estatal, el gobierno de Hidalgo debe disminuir la pobreza que provocó el anterior régimen priista y para ello tendrá que hacerlo con esos funcionarios que anteriormente se pusieron al servicio de la pasada administración que ahora desconocen; sin embargo, por algo se empieza.

Disminuir el robo de hidrocarburo en ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), contener la inseguridad, atraer inversiones que mejoren las condiciones de vida en las regiones del estado y no solo el bienestar de unos cuantos, son otras tareas por cumplir.

Un año inicia y las expectativas surgen con más fuerza luego de la elección del 5 de junio que ganó el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) para que a Hidalgo le deje de ir mal y abandone los primeros lugares en corrupción y salga de las últimas posiciones en los índices de desarrollo. 

Es un buen año para revertir esa tendencia producto de casi un centenar de años de gobiernos priistas.

Además, Julio Menchaca Salazar y sus funcionarios tienen que ser tolerantes a la crítica, pues pensar diferente no es insulto ni se le declara la guerra a nadie, y que un gobierno que se dice del pueblo traiciona sus principios cuando excluye.

Una máxima que el equipo de Menchaca Salazar aplicaba cuando fue oposición: al gobierno no se le aplaude cuando hace bien las cosas pues está cumpliendo con su trabajo para el cual se le eligió en las urnas.

Una regla que también aplica el periodismo.

ACLARACIÓN       
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *