La sexualidad humana es extensa y diversa, desafortunadamente el mundo se ha desarrollado en dicotomías, siempre se marcan dos opciones: el blanco o el negro, lo bueno o lo malo, el hombre o la mujer, el calor o el frio, siempre marcan duplas. Afortunadamente no siempre sólo hay “de dos sopas”, a veces hay más de esas opciones para elegir.

Claramente esto no es un texto académico, pero vale la pena citar al libro: Por mí, por ti, por todos. Información vital para la salud sexual, de la Secretaria de Salud de la Ciudad de México, en el que se define el género como: la suma de valores, actitudes, papeles, prácticas o características culturales basadas en el sexo. En resumen, son las cosas que nos dice la sociedad que debemos hacer y cumplir por los genitales con los que nacimos. Si tienes pene, tu color es el azul, debes usar pantalones, su temperamento deber ser fuerte; si tienes vagina, tu color es el rosa, debes usar preferentemente falda, debes ser sentimental. Eso es lo que se espera de alguien normalmente, sólo por haber nacido con determinado sexo.

En el caso de la identidad de género, el mismo libro dice que: es el grado en que cada persona se identifica como masculina o femenina o alguna combinación de ambos. Hay personas que crecen y se identifican con el género que socialmente adquieren por el sexo con el que nacen, pero hay otras que su identidad y no su sexo no coinciden, y deciden hacer una transición y vivir bajo los estándares del otro género (no necesitan modificar sus genitales o usar hormonas), esas son personas trans. Las personas no binarias o de género fluido son las personas que no se sienten cómodas definiéndose en uno de los géneros. No se identifican como hombre o mujer tajantemente, sino que están dentro de ese espectro del género: viven bajo una mezcla de ambos roles. Por lo tanto, su identidad es no binaria, porque sale del esquema: hombre-mujer.

Es complejo, son temas que, aunque llevan tiempo estudiándose en la psicología, tiene poco tiempo que se discuten de manera abierta, lo que deja como consecuencia la falta de empatía de algunas personas, que al encontrarse con gente que comparte su identidad no binario, lo toman como una broma o simplemente les invalidad. Todos tenemos una identidad de género, sólo que para quienes coincide en su mente y su cuerpo su identidad y su sexo, no tienen mayor problema, porque no tuvieron necesidad de cuestionárselo y menos de compartirlo con otros, pues ya estaba dado por hecho, como siempre sucede en otros aspectos de la sexualidad humana.

A partir de la identidad de género, es que se ha ido discutiendo el uso de lenguaje neutro para, por un lado, quitar el uso del género gramatical masculino para englobar a hombres y mujeres; esto desde una perspectiva feminista. En el caso de las identidades no binarias, se promueve para darles visibilidad y romper con la exclusividad de masculino-femenino, sino algo más general. Para algunos esto es impensable y un atentado contra el uso correcto del lenguaje, como si todos pronunciáramos y escribiéramos con total pulcritud. La realidad es que en el fondo les incomoda el tema, les parece extraño que no pueda haber sólo blanco o negro, hombre o mujer, pero hay gris y hay gente que fluye en el género.

Quien se identifica como hombre se les refiere bajo el pronombre Él, para quien se identifica como mujer se usa Ella, para quien es no binario, puede elegir entre Él, ella o elle, y “elle” es lo que ha provocado las burlas de muchos, porque dicen que no existe, claro que existe, sino no lo estaríamos mencionad. La lengua es del hablante, no de una academia, pero les dejo una recomendación, en el español existe el pronombre USTED, con este no hay riesgo de equivocarse, es neutro, existe en la gramática española y es respetuoso con todas las identidades.

El ignorar o no entender de estos temas no nos excusa para ser hirientes o discriminar a otros, aprendamos o por lo menos respetemos, porque a nadie nos gusta que se refiera a nosotros de una manera con la que no nos sentimos cómodos, ya sea con un apodo, el nombre que no nos gusta o una palabra despectiva, no lo hagamos con otres lo que no queremos que nos hagan a nosotros.

ACLARACIÓN                                                         
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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