Existe una interesante frase en el dialogo coloquial que refiere que “quién no conoce la historia, está condenado a repetirla” y lo cierto es que a lo largo del tiempo hemos sido testigos de como las generaciones van cambiando en cuanto a intereses, ocupaciones, pero sobre todo preocupaciones.
Tenemos por ejemplo a la generación “Baby Boomers”, nacida entre 1946 y 1964, catalogada de esta manera derivado del incremento en la taza de natalidad que se observó en ese periodo, en contraste tenemos a la “Generación Millenial”, nacida entre 1981 y 1996, la cual se caracteriza por no tener dentro de sus prioridades el tema de maternidad o paternidad.
Así mismo hemos visto sobre todo en la “Generación Z”, que comprende de 1997 al 2012 opinar y en algunos casos incidir de diversas formas y actitudes, sobre todo en el cambio de las reglas preestablecidas en el ámbito social, en temas relacionados con el medio ambiente, cuidado animal y perspectiva de género.
Durante esta semana, a través de redes sociales circuló un video el cual visualiza las preocupaciones y problemas que vive “La Generación Z”. A través de la plataforma de TikTok, se viralizó el momento de la transmisión de una clase, en la que una persona reclama con bastante sensibilidad que la nombren “compañere” en lugar de “compañera”, esto derivado de una nueva identificación con la cual se asumen las personas “no binarias”, ¿Qué quiere decir? Las personas no binarias son aquellas que no necesariamente se identifican con los géneros masculino o femenino y por lo tanto solicitan que se haga referencia cuando las nombren con terminaciones como “todes” “compañere” “elle” entre otros.
Este video generó un sin numero de comentarios y opiniones y algunos medios de comunicación publicaron la nota haciendo referencia a la importancia del Lenguaje Incluyente, sin embargo, Instituciones como el INMUJERES, el Instituto Nacional Electoral, cuentan con lineamientos que más que imponer sirven como una guía para que a través de las instituciones se trabaje arduamente en la verdadera inclusión.
Los comentarios más negativos que positivos hacia la persona que se nombra como “compañere”, no se hicieron esperar y también como consecuencia de esto se deriva un tema que trasciende al ámbito psicológico y que tiene que ver con la importancia que representa para la persona tanto física como emocional que la reconozcan con este término.
De acuerdo con algunos Lineamientos utilizados social e institucionalmente se ejemplifican algunos términos para ser usados e incluir en el lenguaje oficial sin distinción de género, por ejemplo, Los Ciudadanos-La Ciudadana, El Proveedor-La Proveeduría, Los Jóvenes-La Juventud, Los Ciudadanos- La Ciudadanía.
Mientras tanto se hace una invitación a no utilizar arroba, barra o paréntesis para favorecer el lenguaje incluyente; así como evitar el uso de la letra “e” o “x” en sustitución de las vocales “a” y “o”, ya que, en diversos textos, sobre todo en publicidad, medios de comunicación como redes sociales llegamos a ser testigos del uso de palabras como “Todxs” o “Tod@s”.
Seguramente seguiremos viendo más situaciones como estas en las que en algún momento cuestionemos el correcto uso del lenguaje, que nos hará a muchos investigar al respecto, sin embargo lo que es un hecho es que el tema de inclusión debe tomar cada vez más fuerza pero no olvidando a sectores como personas discapacitadas, personas indígenas, adultos mayores y para el caso particular de la comunidad LGBTQ+ no solo seguirá siendo un reto trabajar en su reconocimiento, si no proponer con acciones, las formas en las que no solo la sociedad si no las instituciones educativas, públicas y privadas puedan incluirlos, de tal forma que en la práctica no se convierta una total confusión al atenderlos en temas tales como violencia, educación y empleo.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
