Pensamos que la explosión de un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Tlahuelilpan en enero de 2019, con saldo de 137 personas muertas, sería suficiente para frenar la incidencia de tomas clandestinas, pero no fue así, pues a dos años Hidalgo permanece en el primer lugar nacional del robo de hidrocarburo.
Luego de la tragedia en Tlahuelilpan, el estado acumuló mil 767 delitos de esta índole, cifra que podría rebasar ya que en los primeros cuatro meses de 2021 sucedieron 669, panorama que cuestiona la eficacia de la estrategia del gobierno federal y estatal para disminuir esta actividad ilícita.
La ordeña de ductos de Pemex que crece en Hidalgo provoca otros delitos, muy ligados entre sí, como el tráfico de personas centroamericanas y robo de gas LP, que ha recobrado relevancia en los últimos meses.
En junio pasado autoridades rescataron a 96 migrantes que fueron abandonados en una comunidad de Zimapán y en marzo detuvieron a tres personas que transportaban ilegalmente a más de un centenar de centroamericanos en la carretera Tasquillo-Tecozautla.
En agosto de 2019, al menos 16 gaseras de Tlaxcala y Puebla representaron peligro para los habitantes de Hidalgo, ya que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) documentó irregularidades e incluso una de ellas fue ligada por las autoridades estatales al robo de gas en Tepeji.
Actualmente el robo de hidrocarburo se concentra en tres grandes zonas de Hidalgo, una de ellas Cuautepec, donde pobladores armados repelieron a ministeriales que realizaban un cateo en Guadalupe Victoria y también incendiaron una camioneta de los agentes.
La zona Tula-Tetepango, que incluye Tlahuelilpan, región donde autoridades informaron el hallazgo de cuerpos de personas muertas y la posterior detención de un grupo fuertemente armado; así como el territorio delimitado entre Ixmiquilpan-Nopala-Huichapan, también violento por la pugna en el mercado del robo de hidrocarburo.
A este mapeo se agregan focos rojos dispersos en la geografía estatal, como en Mineral de la Reforma, donde la Fiscalía General de la República (FGR) cateó una bodega en la carretera Pachuca-Ciudad Sahagún y encontró un tractocamión con 60 mil litros de hidrocarburo.
Pero en dos regiones, Tula e Ixmiquilpan, fueron difundidos la semana pasada dos videos donde supuestos grupos armados se atribuyen una confrontación contra las bandas locales dedicadas al robo de hidrocarburo. Ayer publicaron otro en el Valle del Mezquital.
En el caso del primero, hombres encapuchados y armados que se denominan Pueblos Unidos se declararon contra el robo de hidrocarburo en la región Tula. Dan nombres de supuestas personas involucradas y también adelantan marchas, protestas y linchamientos contra ministeriales que hostigan a las comunidades.
A su vez, fue difundido otro video supuestamente grabado en Ixmiquilpan, donde aparecen personas armadas y hombres sometidos.
Fiel a su estilo, el secretario de Seguridad, Mauricio Delmar Saavedra, cuestionó si las armas que estas personas portan son reales, e incluso, agregó, se disfrazan. Enfatizó que son grupos pequeños que con este tipo de publicaciones hacen el ridículo.
El nombre de Pueblos Unidos fue usado hace poco por campesinos dedicados a la producción de aguacate en Michoacán con la finalidad de levantarse en armas contra la delincuencia para defender sus cosechas, modelo que alguien trata de introducir y adoptar en Hidalgo, donde, como no, hay tierra fértil para que crezca.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
